La Tumba

El hombre sin pecado que había muerto por ellos. El amigo, el maestro, el Mesías, el Salvador estaba vivo. Nada volvería a ser igual. Desde ese momento en adelante, pasarán a la eternidad gozándose por lo que había ocurrido.

«PADRE EN TUS MANOS ENCOMIENDO MI ESPÍRITU»

Nos motiva saber que Jesús en oración encomendó Su alma al cuidado de Su Padre porque Él sabía Su Padre le esperaba con anhelo para recibirle en el cielo. Esa misma seguridad de que será recibido en el cielo puede ser suya hoy.

«CONSUMADO ES»

Cristo cumplió la voluntad del Padre con respecto a la derrota del diablo. El grito final de Cristo al exclamar «¡Consumado es!» confirmó la eterna sentencia divina sobre Satanás, el enemigo de nuestras almas.

«TENGO SED»

Las siete profundas expresiones que Jesús pronunció desde la cruz, antes de Su muerte, enfatizan con gran claridad Su indiscutible humanidad. Ellas ilustran claramente que Cristo era uno de nosotros. No cabe duda de que no solo era Dios, sino también plenamente humano.

«¿POR QUÉ ME HAS ABANDONADO?»

En Su muerte Cristo experimentó la separación de Dios, que fue la pena final por el pecado y la mayor agonía de todas. Gracias a Él, como creyentes nunca conoceremos tal sufrimiento. Nosotros tenemos la seguridad de que incluso cuando somos probados, Dios jamás nos dará la espalda.

«¡HE AHÍ TU HIJO!» «¡HE AHÍ TU MADRE!»

Jesús, el inocente Cordero de Dios, estaba muriendo una muerte horrible por los pecados del mundo, mientras observaba que al pie suyo estaban los encallecidos soldados romanos ¡jugándose Sus ropas! Una túnica sin costura valía más para estos hombres impíos que el Salvador del mundo.

«HOY ESTARÁS CONMIGO»

Ninguna cantidad de pecado o perversidad puede superar a la gracia de Dios. A Satanás le encanta distraernos haciéndonos acuerdo de nuestros fracasos pasados. Pero en Cristo tenemos el poder para vencer a Satanás y dominar la culpa de nuestro pecado.

«PADRE, PERDÓNALOS»

La verdad es que Dios sigue buscando a los pecadores espiritual­mente perdidos y les ofrece gracia y perdón por medio de Su Hijo Jesucristo. Además, el Señor quiere que Sus hijos modelen esa gracia y perdonen con amor a los demás.

El perdón divino: La primera súplica desde la cruz

por Carlos A. Zazueta29 de febrero, 2024

Este primer llamado al perdón nos invita a reflexionar sobre el amor de Dios y Su inmensa gracia. Nos desafía a perdonar como hemos sido perdonados, a amar incondicionalmente y a vivir en la libertad que solo el verdadero perdón otorga. En un mundo marcado por el dolor y la división, las palabras de Jesús brillan como un faro de esperanza, recordándonos que el perdón es el primer paso hacia la sanación y la reconciliación.

Viñetas por la Tumba

Solo aquellos que conocen el peso de un dolor devastador y repentino pueden comprender lo que María sentía al estar en la tumba de Jesús esa mañana. Nada podría haberla mantenido lejos de ese último deber de amor.