Hechos 12: 25; 13: 5; 13—15

Pablo, Bernabé y Juan Marcos salieron de Chipre y navegaron hacia la costa sur de Turquía, una tierra conocida entonces como Panfilia, cuyo escarpado litoral ascendía abruptamente a las imponentes alturas de una cadena montañosa más empinada y más aterradora que las montañas Taurus, cerca de Tarso, y más terrible que cualquiera de las montañas vistas por Bernabé en Chipre, y por Juan Marcos en judea.

La sola vista de aquello pudo haber dado origen a la tormenta de dudas que finalmente inundaría el alma del joven Juan Marcos. En esa región, Pablo enfermó gravemente de malaria o de alguna otra fiebre seria de la costa. Eso pudo haber sido lo que colmó la medida de aguante del inexperto viajero. Sin ninguna explicación, Lucas escribe simplemente: «Juan se separó de ellos y se volvió a Jerusalén». Pero después de Perge siguieron adelante. El viaje continuó sin que tuvieran contratiempo alguno. Pablo y Bernabé no se desanimaron por la deserción de Juan Marcos.

Aquí hay que hacer una acotación importante: habrá siempre personas que abandonaran el ministerio. En toda Iglesia ahora personas qué, por la razón que sea, se dedicarán a hacer otras cosas. Y en eso está incluido el liderazgo. Se van, pero la Iglesia sigue adelante. No importa cuáles hayan sido las circunstancias en torno a la partida de ambos hombres, el viaje continuó. Para Pablo y Bernabé, no había tiempo ni la necesidad para una larga despedida. Siguieron adelante, manteniendo sus ojos centrados en la meta.

Es difícil seguir adelante cuando uno se siente abandonado. Es fácil ceder al desánimo y dejar que eso nos vacíe el tanque, pero Pablo y Bernabé no podían darse ese lujo. Tenían un trabajo que hacer, y por eso mantenían sus emociones bajo control. Siguieron adelante con una determinación aún más fuerte.

Una de las características de la madurez es la capacidad de seguir adelante, no importa quién deje el escenario. Lo otro no es una opción. Una vez que usted haya dicho adiós, los demás tienen que seguir adelante. Eso fue lo que hicieron Pablo y Bernabé. Como escribió Pablo en su carta a los filipenses 3: 14: «Prosigo a la meta hacia el premio del Supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús».

Adaptado del libro, Buenos Días con Buenos Amigos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2007). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmh.org). Copyright © 2019 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.