Salmo 95:2

Lleguemos ante su presencia con alabanza;

Aclamémosle con cánticos.

Salmo 95:2

A veces cuando uno no se siente con ganas de orar, o lo consume la necesidad de hablar con el Señor, pero no puede hallar las palabras, pruebe lo bien sabido: cuente sus muchas bendiciones, cuéntelas una por una.

Es asombroso cómo uno puede alejarse de los afanes, y ayes, y preocupación propia, cuando se empieza a mencionar en voz alta aquello por lo que se está agradecido. En ese instante en que comenzamos a enumerar todas nuestras bendiciones, nuestro enfoque cambia de las necesidades a la gracia y al amor del Padre celestial.

¡Pruébelo!

Adaptado del libro, Sabiduría Para el Camino: Palabras Sabias para Personas Ocupadas (Grupo Nelson 2008). Copyright © 2008 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.