1 Samuel 16: 14-23

Tres lecciones imperecederas resuenan en mi cabeza cuando veo estas significativas escenas en la vida de David.

Primera: Las soluciones de Dios son a menudo extrañas y sencillas; por tanto, sea receptivo. Nosotros tratamos de hacer a Dios complejo y complicado. Pero Él no lo es. En medio de todas las complicaciones con Saúl y el trono, el Señor simplemente le dijo a Samuel: «Ve donde te digo. Tengo una respuesta sencilla. Un nuevo hombre. Solo haz lo que te dijo, y yo te lo mostraré». No haga del cumplimiento de la voluntad de Dios algo complicado, porque no lo es. Manténgase receptivo a sus extrañas pero sencillas soluciones.

Segunda: Las promociones de Dios son, por lo general, repentinas e inesperadas; por lo tanto, esté preparado. En el momento que usted menos lo espere, sucederá. Al igual que el retorno de su Hijo del cielo. De una manera repentina e inesperada, Él partirá las nubes y estará con nosotros. Cuando menos lo esperemos, Él estará aquí, como ladrón en la noche. Así es como se producen las promociones del Señor. Él le observa llevando a cabo con fidelidad sus tareas, y le dice: «Sé lo que estás haciendo. En un momento repentino e inesperado; estate preparado. Sé dónde estás, y sé cómo encontrarte. Solo mantente preparado, mientras haces tu trabajo.

Finalmente: Las decisiones de Dios son siempre soberanas, por lo tanto, sea sensible. Esto se aplica a la elección de cónyuge, y también a la pérdida del mismo. Se aplica a ser trasladados de un lugar a otro, aunque habíamos pensado que estaríamos allí diez años más. También se aplica a los que Dios elige para que ocupen el puesto de otra persona. ¡Qué fácil es criticar las decisiones de Dios! Es necesario, cuando tengamos la tentación de hacerlo, que nos recordemos a nosotros mismos que sus decisiones son soberanas y certeras.

Dios está mirando su ciudad, su pueblo, su vecindario y está buscando su gente a la cual puede decirle: «Tú me perteneces. Quiero usarte allí porque demostraste ser fiel allí». Nuestro llamamiento es que seamos fieles en las tareas exigentes, ya sea que se trate de nuestra educación, nuestro matrimonio, nuestra ocupación o simplemente de las cargas de la vida diaria. Esa es la clase de hombres y mujeres que Dios quiere usar.

Adaptado del libro, Buenos Días con Buenos Amigos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2007). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmh.org). Copyright © 2019 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.