Ester 2: 1—7

La presencia de Dios no es tan misteriosa como su ausencia. Su voz no es tan elocuente como su silencio. ¿Quién de nosotros no ha anhelado recibir una palabra de Dios, buscado un destello de poder, o suspirado por la seguridad de su presencia, solo para sentir que Él parece estar ausente en ese momento? Que está distante. Que está distraído. Que quizás no tenga interés. Pero después nos damos cuenta de lo presente que estuvo todo ese tiempo.

Aunque Dios puede parecer distante a veces, y aunque es invisible para nosotros, Él siempre es invencible. Esta es la principal lección del libro de Ester. Aunque su nombre está ausente de las páginas de este especial libro de la historia judía, Dios está presente en cada escena y en la evolución de cada acontecimiento, hasta que finalmente trae todo un maravilloso clímax al demostrar que Él es el Señor de su pueblo, los judíos.

Mardoqueo era descendiente de uno de los judíos exiliados, Era un hombre temeroso de Dios y su papel más importante era su relación con Ester.

Ester, que es el nombre persa de esta joven, significa «estrella». Este nombre parece acertado, ya que ella es verdaderamente la estrella del espectáculo, la heroína de la historia. La sabia, inmortal e invisible mano de Dios está actuando entre bastidores oculta de los ojos humanos. Solo un ser misericordioso y omnisciente habría puesto su mano sobre una huérfana olvidada, una pequeña niña que había perdido a su madre y padre, y que había quedado sola, siendo criada por su primo Mardoqueo.

Aquí hay un hermoso mensaje para cualquiera que haya pasado alguna vez por angustias; para cualquiera que alguna vez haya sido golpeado por la vida; para cualquiera que haya sentido alguna vez que su pasado ha sido tan opaco, desordenado, que no hay manera en el mundo de que Dios pueda encontrarle una razón o significado. Vamos a aprender de Ester algunas lecciones inolvidables. Aquí tenemos a una pequeña niña, huérfana y desamparada, que debió haber llorado amargamente la muerte de sus padres, pero que años más tarde vendría a ser clave para la supervivencia misma de su pueblo, los judíos. Dios y solamente Dios puede hacer tales cosas, él en realidad, las hace, actuando de manera silenciosa e invisible detrás de los acontecimientos de la historia.

Él también está trabajando calladamente en su vida entre bastidores.

Adaptado del libro, Buenos Días con Buenos Amigos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2007). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmh.org). Copyright © 2019 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.