Cuando Jesús dice "busca primero el reino de Dios," la palabra busca implica un persecución resuelta (vea Mateo 6:33). El traductor bíblico J. B. Phillips parafrasea la idea como "puesto su corazón en".
El texto griego del evangelio de Mateo indica una orden continua: "busque continuamente". El pensamiento que domina es determinación, lo cual defino como "decida mantenerse, a pesar de todo".
Todo esto nos insta a tener presente la diferencia entre lo que podemos ver naturalmente y la visión sobrenatural. Cuando miramos a la vida con visión, percibimos acontecimientos y circunstancias con los pensamientos de Dios. Y porque sus pensamientos son más altos y más profundos que nuestros pensamientos horizontales cotidianos, ellos tienen la costumbre de disminuir los efectos de la calamidad, dándonos esperanza en medio de la tragedia y la pérdida. Ellos también nos permiten manejar los tiempos de popularidad y prosperidad con sabiduría.
Seré franco con usted. No sé de alguna técnica más valiosa en la persecución de una vida exitosa que una completa y obstinada determinación. Nada funciona mejor en el ministerio que la persistencia—persistencia en la piedad, determinación para permanecer diligente en el estudio, perseverancia en las prioridades del ministerio, y compromiso a trabajar con gente.
A menudo recuerdo esas palabras familiares en 2 Timoteo 4:2: "Predica la palabra; insta a tiempo y fuera de tiempo.” Esa es una manera agradable de decirlo: "¡Aguante! Hágalo cuando le sea natural y cuando le sea difícil. Hágalo cuando esté en la cima; hágalo cuando esté en el valle. Hágalo cuando sienta hacerlo; hágalo (más a menudo) cuando no sienta ganas de hacerlo. Hágalo cuando hace calor; hágalo cuando hace frío. Continúe haciéndolo. No se dé por vencido". Eso es persistencia y determinación a buscar el reino de Dios. Eso es aguantar con una disciplina obstinada.
Tómelo de alguien que ha estado en el ministerio por más de cincuenta años. En tiempos cuando uno es azotado, o incluso cuando uno gana, el secreto es permanecer.
—Chuck