Los acontecimientos del día de la crucifixión de Jesús surgieron uno tras otro, como el sonido sombrío de un tambor. El arresto en el jardín de Getsemaní. Los juicios delante de los oficiales y de Pilato. Los latigazos. La dura marcha por la ciudad hasta llegar al lugar de la ejecución. Y, finalmente, Su muerte cruel en una cruz.

Por medio de Su dolor y de Su sangre, Jesús cumplió la voluntad de Dios, dándonos acceso directo al Padre, para que podamos tener una relación con Él. ¡Nuestra salvación ha sido completada!