Un libro que pocos se han detenido a leer se esconde en los pliegues del Antiguo Testamento: Lamentaciones. Este libro es el lamento desconsolado del profeta Jeremías después de que Dios juzgó a los judíos por su pecado obstinado. En páginas manchadas de lágrimas, el profeta llorón describió con detalle gráfico la devastación después de la caída de Jerusalén ante los babilonios.
Lamentaciones es también un libro de esperanza. De los escombros del juicio de Jerusalén, la promesa de restauración se eleva como el sol de la mañana sobre las colinas del este. Las misericordias de Dios brillan nuevas cada mañana. Grande es Su fidelidad para con los que claman a Él en su lamento y lo buscan a través de sus dolores.