Una fe sencilla no trata de añadir más exigencias religiosas a una existencia ya complicada. Más bien, trata de obtener libertad de las expectaciones tiránicas y de volver a descubrir la belleza de lo que Cristo realmente enseñó. Trata de salir de la jaula y recuperar la libertad, paz y descanso en Jesucristo, de vuelta a la vida de la fe sencilla que Él enseñó y, más importante todavía, que Él vivió. Es el mensaje real del Sermón del Monte, y lo que significa vivir una vida auténtica y sin complicaciones. En breve, es un llamado a una fe sencilla.