En medio de esta oscuridad, hay un solo rayo de luz esperanzador: la promesa de que Jesús VOLVERÁ y pondrá las cosas en su sitio. «Cristo tiene que reinar hasta que humille a todos sus enemigos debajo de sus pies. Y el último enemigo que será destruido es la muerte» (1 Corintios 15:25–26). Jesús va a ganar a la muerte, nuestro enemigo más oscuro e implacable.
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