Ester 6:12—14

Si usted es como yo, muchas veces esperará a que se cumpla el adagio popular que dice que «el que la debe la paga». En este caso, estamos esperando, y hasta deseando, que Amán reciba lo que se merece. Todo nuestro ser anhela que se haga justicia, especialmente con un fracasado como Amán, quien ya sea pavoneando bastante.

Ni una sola vez ha ignorado Dios todo el envanecimiento de Amán, ni su inicuo plan de asesinar a Mardoqueo y los judíos. Al Señor no se le han escapado sus palabras, el orgullo de su corazón, ni los motivos violentos y los prejuicios que hay detrás de sus decisiones. Dios estaba invisible, pero no inconsciente o pasivo. No había olvidado a su pueblo ni las promesas que les había hecho a ellos, y a sus enemigos.

Tocan a la puerta, y antes de que pueda poner sus pensamientos en orden, Amán es sacado de la casa y escoltado al Palacio para el banquete que significará su desgracia. No puedo evitar pensar si en trayecto hacia el Palacio, Amán vio una vez más la horca que habían construido para Mardoqueo, sí sacudió la cabeza, o sintió remordimiento por lo que había hecho.

Un magnífico principio teológico subrayado una y otra vez en las escrituras es este: Cuando Dios parece ausente, Él está presente. Aunque usted piense que lo ha perdido todo, Dios utiliza eso como una oportunidad para que se dé cuenta de que él sigue teniendo el control, y también para ponerle de rodillas.

¿Siente que Dios ha estado ausente o inactivo en su vida, distante de alguna manera? Entonces, quiero recordarle esto: Es posible que Él haya parecido estar ausente, pero el Señor ha estado presente todo el tiempo. Además Él conoce su corazón. Él conoce la verdadera condición de su alma. Conoce las impurezas ocultas de su motivación. Conoce la abismal perversidad de su pecado. Pero también ha oído su clamor y Él no le rechazará.

Adaptado del libro, Buenos Días con Buenos Amigos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2007). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmh.org). Copyright © 2019 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.