Hebreos 12:1-2

Hemos llegado al final de otro año y ahora nos enfrentamos a la llegada de uno nuevo. Cuando estuvimos en este mismo lugar hace 364 días, pensamos acerca de lo que el Señor iba a enseñarnos en el año venidero y anticipamos las muchas maneras en que lo veríamos trabajar en nuestras vidas.

Con seguridad dijimos: «Para fines de este año, descubriremos que Dios tuvo cosas maravillosas para nosotros que nunca habríamos conocido o experimentado si no hubiéramos aceptado el desafío que inevitablemente traen estos cambios».

Hoy, al recordar las últimas semanas y meses de este año, ¿qué ve? ¿Puede ver cómo Su gracia, gozo y amor han tocado su vida?

Cuando comenzamos el año, también hablamos de terminarlo bien. Por supuesto, la realidad es que no hemos terminado. Esta carrera no ha terminado. Nuestras vidas todavía están siendo perfeccionadas. Todavía necesitamos mucho más del toque del Maestro en nuestras vidas.

«Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe». (Hebreos 12:1-2, RVR 1960)

Adaptado de Day by Day with Charles Swindoll por Charles R. Swindoll. Copyright © 2000 por Charles R. Swindoll, Inc. Usado con permiso de Thomas Nelson. www.thomasnelson.com