Consistencia, disponibilidad, determinación, perseverancia. Estas son virtudes raras, pero valiosas, cuando las cosas se ponen candentes. Estas cualidades nada comunes hacen muy poderosa a la segunda carta de Pablo a los tesalonicenses. La carta está repleta de afirmación y estímulo, a pesar de las dificultades que los creyentes de Tesalónica soportaban en el primer siglo. Este estudio le dará la fortaleza para perseverar en su curso, y vivir una vida de fe firme.