Durante los meses que preceden a la temporada de la Navidad, estamos muy ocupados con nuestras cosas personales. Vivimos inmersos en las cosas del diario vivir. Sin embargo, en medio de tanto ajetreo, siempre existe un momento, por breve que sea, en el que recordamos un hecho impresionante relacionado a la Navidad.

Cuando contemplamos lo que significa la Navidad, nos imaginamos el tierno rostro de ese hermoso bebé, recostado en un pesebre, extendiendo Sus manos llenas de amor. Es en un tiempo tan especial como este, en el que los creyentes de todo el mundo hacemos una pausa para reflexionar en ese rostro. . . en esos brazos extendidos que no podemos ignorar.