¿Quién escribió el libro?
Durante el segundo siglo, el segundo volumen de Lucas sobre la historia de Jesús y Sus seguidores recibió su título de una palabra griega que se refería a una colección de obras; en este caso, las grandes obras de los apóstoles y de otros creyentes. Hechos, el título en español, refleja con exactitud el contenido del libro: una serie de anécdotas significativas que relatan la obra del Espíritu Santo en las vidas de ciertos apóstoles clave (especialmente Pedro y Pablo) durante las décadas inmediatamente posteriores a la ascensión de Cristo al cielo.
La identificación de Lucas como el autor de esta obra fue incuestionable para su audiencia original. El libro muestra una clara progresión desde los acontecimientos que se registran en el Evangelio de Lucas, y continúa precisamente desde el punto donde ese primer libro se quedó. La tradición nos dice que Lucas fue primero seguidor de los apóstoles y luego llegó a relacionarse más de cerca con Pablo. El libro de Hechos sigue la misma secuencia progresiva, comenzando con Pedro y terminando con Pablo. El mismo Lucas incluso se une a la historia al escribir en primera persona plural en la última sección de Hechos, y narra sus viajes junto a Pablo en el Imperio romano (comenzando en Hechos 16:10).
¿Dónde nos encontramos?
Hechos termina de manera abrupta con Pablo bajo arresto domiciliario en Roma, esperando llevar su apelación ante el César. Vale la pena observar que en esta historia de la iglesia cristiana primitiva Lucas no menciona la muerte de Pablo (entre el 64 d. C. y el 68 d. C.) ni la persecución de cristianos que estalló bajo Nerón (64 d. C.). Es muy probable que esto se deba a que Lucas completó el libro antes de que ocurrieran estos acontecimientos, probablemente entre el 60 d. C. y principios del 64 d. C. Mientras tanto, Pablo permanecía bajo arresto domiciliario, a la espera de la resolución de su apelación.
¿Por qué es tan importante Hechos?
Hechos es el único libro de la Biblia que registra la historia de la iglesia inmediatamente después de la ascensión de Jesús. Como tal, nos proporciona un relato invaluable de cómo la iglesia creció y se esparció desde Jerusalén al resto del Imperio
romano. En solo tres cortas décadas, un grupo pequeño de creyentes temerosos en Jerusalén se transformó en un
movimiento en todo el imperio de personas que habían comprometido sus vidas a Jesucristo. Este libro termina en una nota alta, con Pablo a punto de llevar el evangelio al funcionario de gobierno más alto de la tierra: el emperador de Roma.
¿Cuál es la idea central?
Hechos puede ser dividido en dos secciones: la primera trata principalmente del ministerio de Pedro en Jerusalén, Judea y Samaria (Hch 1–12), y la segunda sigue a Pablo en sus viajes misioneros por todo el Imperio romano (Hch 13–28). Hechos es significativo como una crónica del esparcimiento del evangelio, no solo geográfica sino también culturalmente. Registra la transición de un evangelio llevado por los creyentes a una audiencia exclusivamente judía bajo el liderazgo de Pedro, a un evangelio llevado a los gentiles bajo el ministerio de Pablo. La mejor ilustración de esta transición es la visión que Pedro recibió de Dios en la que oyó una voz que le decía: «No llames a algo impuro si Dios lo ha hecho limpio» (Hch 10:15). Pedro entendió que Dios estaba abriendo la puerta para compartir el evangelio con los gentiles. Dios quiere que Su mensaje de esperanza y salvación se extienda a todas las personas: «en Jerusalén, por toda Judea, en Samaria y hasta los lugares más lejanos de la tierra» (Hch 1:8).
¿Cómo aplico esto?
¿Qué oportunidades para compartir el evangelio puedes aprovechar en los días venideros? Esta pregunta debería resonar en tu mente a medida que hojeas el libro de Hechos. Prácticamente en cada capítulo, personas como Pedroy Pablo presentan poderosamente el evangelio tanto a individuos como a grupos. El celo evangelístico que brilla en las vidas de los apóstoles contrasta con la manera en que se les describe en los Evangelios, y revela la transformación asombrosa que les ha ocurrido desde ese entonces. Claramente, su fe en la muerte y resurrección de Jesús había producido un cambio notable en sus corazones.
A menudo, nuestras propias vidas no reflejan esa clase de cambio. Batallamos con el temor por la forma en que los demás reaccionarán a nuestra fe, y luchamos por salir de nuestra rutina diaria lo suficiente como para invertir en las vidas de otras personas que necesitan el evangelio. Permite que Hechos te anime a caminar más de cerca con Dios, para que puedas dar a conocer el nombre de Cristo con la misma audacia y celo con que los apóstoles lo hicieron.