¿Quién escribió el libro?
En Sofonías 1:1, el autor se presenta a sí mismo: «Sofonías fue hijo de Cusi, hijo de Gedalías, hijo de Amarías, hijo de Ezequías». Entre los profetas, esta es una introducción única por su larga lista de generaciones que regresa hasta el tatarabuelo de Sofonías, Ezequías. Muy probablemente, el profeta quería resaltar su linaje real como descendiente de uno de los reyes buenos de Judá.
La mención que hace Sofonías de acabar con las prácticas de «los sacerdotes idólatras» (So 1:4) indica que profetizó en Jerusalén, en tanto que sus muchas referencias a la adoración en el templo exhiben una gran familiaridad con la cultura religiosa de Israel. Todos estos factores pintan un retrato de un hombre que estaba en el centro del mundo político y religioso de Judá, un hombre cuya estrecha cercanía a los que estaban en el poder le habría dado aún más impacto a su mensaje estremecedor.
¿Dónde nos encontramos?
El libro nos dice que Sofonías profetizó durante el reinado de Josías (So 1:1), el rey de Judá desde el 640 a. C. hasta el 609 a. C. Al tomar en cuenta algunos detalles en el texto, podemos comenzar a señalar con mayor exactitud cuándo profetizó Sofonías. Primero, el profeta predijo la caída de Nínive (So 2:13), un acontecimiento que ocurrió en el 612 a. C. Además, Sofonías hizo citas frecuentes del libro de la ley (por ejemplo, compare So 1:13 con Dt 28:30, 39), que había estado perdido en Judá durante gran parte del reinado de Josías. Por lo tanto, es muy probable que Sofonías profetizó durante la segunda parte del gobierno de Josías, después del 622 a. C., cuando un sacerdote descubrió el rollo que contenía la ley (2 Cr 34:14-21).
Todo esto significa que Sofonías creció bajo el reinado de los predecesores de Josías: el abuelo de Josías, el malvado rey Manasés, y el hijo de Manasés, el joven y malvado Amón. Cuando era joven, el futuro profeta estuvo rodeado de la parafernalia de la idolatría, los sacrificios de niños y los asesinatos injustos —influencias fuertes para una mente joven (2 Re 21:16; 2 Cr 33:1-10). Aun así, Sofonías se convirtió en un hombre de Dios que fue capaz de permanecer firme y proclamar a un pueblo que se había desviado del mensaje de Dios de juicio y esperanza.
¿Por qué es tan importante Sofonías?
Este libro menciona más veces el día del Señor que casi cualquier otro libro del Antiguo Testamento, aclarando la imagen de la caída de Judá a manos de Babilonia, y el inevitable juicio final y la restauración de toda la humanidad en el futuro. En este caso, las descripciones del día del Señor se refieren principalmente al inminente tiempo de juicio de Dios sobre la nación de Judá. Sofonías vio en el día del Señor la destrucción de su país, sus vecinos e incluso toda la tierra (So 1:2-4; 2:11). Escribió que el día del Señor estaba cerca (So 1:14), que sería un tiempo de ira (So 1:15), que vendría como juicio por el pecado (So 1:17), y que, al final, resultaría en la bendición de la presencia de Dios entre Su pueblo (So 3:17).
¿Cuál es la idea central?
Al igual que los escritos de muchos de los profetas, el libro de Sofonías sigue el patrón de predecir juicio sobre todas las personas por su pecado, y luego proveer esperanza de la restauración del pueblo escogido de Dios. El blanco principal de Sofonías para el mensaje del juicio de Dios, la nación de Judá, había caído en pecado grave bajo el reinado del rey Manasés. Sofonías clamó, a viva voz, por la piedad y pureza a una nación pecaminosa hasta la médula. Hacía mucho tiempo que el pueblo de Judá le había dado la espalda a Dios, no solo en sus vidas personales, sino también en su adoración. Esto reflejaba la magnitud de su pecado y la necesidad profunda de que todo el pueblo de Dios fuera purificado en su camino hacia la restauración.
¿Cómo aplico esto?
Los que vivían en Judá habían convertido la adoración de Dios en un fiasco. No solo habían construido sus propios lugares de adoración para reverenciar a otros dioses, sino que también habían comenzado a profanar el templo, que en esa época era el lugar donde moraba Dios.
Como creyentes en Cristo de la época moderna, nosotros también hacemos una farsa de la adoración cuando vivimos en pecado flagrante. ¿Acudes ante Dios con un rostro falso una semana tras otra, y asumes el papel en lo exterior, pero no lo vives por dentro? Permite que Sofonías te recuerde con cuánta seriedad toma Dios tu vida y tu relación con Él. Si has fallado, recuerda el mensaje de Sofonías 3, que indica que Dios siempre es el Dios de restauración y esperanza.