¿Quién escribió el libro?
El autor de la Carta a los Hebreos permanece oculto en el misterio. Incluso a principios de la historia de la iglesia, cristianos tan instruidos como Orígenes, por ejemplo, tuvieron que admitir su ignorancia en cuanto al verdadero autor de Hebreos. Se han propuesto varias teorías a lo largo de los años, pero el nombre del autor se perdió en la historia.
La mayoría de los cristianos de la parte oriental del Imperio romano creyeron originalmente que Pablo era el autor del libro, lo que condujo a su aceptación temprana en el canon por parte de las iglesias de esa área. Clemente de Roma fue uno de los que abogó por la autoría de Pablo, y tomó mucho de Hebreos para su carta escrita a finales del primer siglo a la iglesia corintia. Sin embargo,
en la iglesia occidental muchos señalaron en dirección contraria a Pablo para identificar a quien dio origen al libro, sugiriendo en su lugar a Lucas, Bernabé, Apolos, e incluso al mismo Clemente. No obstante, la autoría anónima de este libro no debería perturbar nuestra confianza en su autoridad. Hebreos hace contribuciones teológicas importantes a nuestra comprensión de las Escrituras
y la cristología, y ha sido considerado autoritativo desde finales del primer siglo. Durante dos milenios, los cristianos han sostenido de manera constante la inspiración divina del libro de Hebreos, y, por lo tanto, su canonicidad.
¿Dónde nos encontramos?
El carácter eminentemente judío de la Carta a los Hebreos ayuda a reducir las opciones para su fecha de composición, que muy probablemente fuera entre el 64 y el 69 d. C. Es significativo que el libro no hace referencia a la destrucción del templo en Jerusalén ocurrido en el 70 d. C., y el autor escribe como si el sistema de sacrificios todavía estuviera vigente (Hb 10:1-2, 11). Con sus innumerables referencias al judaísmo y al Antiguo Testamento, es probable que el libro fuera enviado a una comunidad cristiana en gran parte judía, posiblemente en Roma.
¿Por qué es tan importante Hebreos?
Hebreos expone de manera clara el ministerio sacerdotal actual de Cristo a favor de la iglesia. Jesús es tanto el divino Hijo de Dios como completamente humano, y en Su función sacerdotal Él abre el paso para que los seres humanos se acerquen al trono de Dios (Hb 4:14-16). El sacerdocio de Jesús es superior al sacerdocio de Aarón del Antiguo Testamento, porque es a través de Jesús que recibimos la salvación eterna (Hb 5:1-9). Además, Jesús llegó a ser el Sumo Sacerdote permanente y perfecto, yendo más lejos que todos los demás sacerdotes al ofrecerse a Sí mismo como un sacrificio sin pecado por los pecados de los seres humanos (Hb 7:24-26; 9:28).
¿Cuál es la idea central?
A lo largo de sus páginas, Hebreos deja en claro que Jesucristo y Su vida y Su mensaje superan todas las demás formas de revelación divina que vinieron antes de Él. Hebreos demuestra que Jesús es mejor que los ángeles, nos ofrece una vida mejor y eterna a través de la salvación, nos da una mejor esperanza de la que la ley mosaica podría prometer, hace un mejor sacrificio por nuestros pecados de lo que podría hacerlo alguna vez un toro o una cabra, y proporciona una mejor herencia en el cielo para aquellos que depositan su fe en Él (Hb 1:4; 6:9; 7:19; 9:23; 10:34). Jesús es, en efecto, superior a todos los demás.
Este mensaje acerca de la superioridad de Jesús habría sido de importancia particular para los cristianos judíos de Roma, quienes se hallaban luchando por sobrevivir bajo la persecución de Nerón y considerando regresar al judaísmo. Este pastor a los hebreos les mostró a estos cristianos judíos que, aunque enfrentaban sufrimiento, en realidad estaban siguiendo un mejor camino, un camino que anduvo el mismo Jesús.
¿Cómo aplico esto?
Los destinatarios de la Carta a los Hebreos del primer siglo estaban tentados a rechazar el camino de Jesús por temor: temían por su seguridad personal, por la seguridad de su sustento, y, potencialmente , por sus propias vidas. Hoy, por nuestra situación dentro de la sociedad, podemos sentirnos tentados a tener temores similares. Tenemos temor de perder nuestro estatus; tememos lo que otras personas puedan pensar de nosotros porque somos cristianos. Transigimos en cuanto a aspectos importantes de seguir a Jesús cuando pensamos que eso nos hará más
interesantes para el mundo. Al igual que los primeros cristianos que recibieron esta carta, queremos ser aceptados. ¿En tu vida pública, transiges con respecto a ciertas verdades para no enfrentar el rechazo de los demás debido a tu cristianismo?
La Carta a los Hebreos deja en claro que Jesús merece nuestra devoción total, sin acomodos. En tanto que nos enfocamos en ascender la escala corporativa o ponemos todas nuestras esperanzas en nuestros hijos, Jesús nos ofrece una mejor posición, un mejor sacerdote, un mejor pacto, una mejor esperanza y un mejor sacrificio. Solo cuando le damos a Jesús nuestra devoción completa estaremos cumpliendo nuestro propósito legítimo en la vida.