¿Quién escribió el libro?

A través de todas las generaciones de la historia eclesiástica, un firme consenso ha considerado que Pablo es el autor de Gálatas. Pablo estuvo involucrado en el comienzo de las iglesias en el sur de Galacia en su primer viaje misionero por Asia Menor, y escribió esta carta poco después de regresar a Antioquía, al final de ese viaje. La estrecha relación de Pablo con los creyentes de estas iglesias explica el tono sumamente fuerte que utiliza con ellos en esta carta. Gálatas muestra a Pablo en su momento de mayor enfado, arriesgando el buen favor de los convertidos en las iglesias de Galacia a fin de mantenerlos en el camino de la verdad y no permitir que sean desviados hacia el engaño. De hecho, para hacer énfasis de la seriedad de su propósito, toma la pluma de su escriba y él mismo, con letras grandes, escribe el final de la epístola (Ga 6:11).

¿Dónde nos encontramos?

Al regresar a Antioquía al final de su primer viaje misionero, después de estar de viaje durante varios meses, Pablo recibió un informe de que las iglesias que él había iniciado en Galacia habían caído en el error. Un grupo de judaizantes —aquellos que buscaban requerirles a los cristianos gentiles que vivieran bajo la ley mosaica— habían adquirido influencia en las iglesias gálatas. Pablo escribió esta carta —su primera carta inspirada— unos cuantos meses antes de asistir al Concilio de Jerusalén, una reunión donde los apóstoles abordarían este mismo tema (Hch 15:1-31).

¿Por qué es tan importante Gálatas?

Antes del Concilio de Jerusalén, que se llevó a cabo en el 49 d. C., la carta de Pablo habló palabras de sabiduría y claridad en la primera controversia real que asoló a la iglesia en sus años iniciales: la relación entre los judíos cristianos y los gentiles cristianos. El tono agresivo de Pablo muestra cuán importante era para él que los miembros de la iglesia adoptaran la unidad en Cristo, sin considerar sus diferencias raciales. Para él, este no era un asunto menor. Pablo hasta llegó a acusar a los gálatas de haberse alejado de Dios y de la verdad de la Buena Noticia, y de haber hecho un giro hacia un evangelio contrario al que habían recibido de él (Ga 1:6-9).

¿Cuál es la idea central?

Cuando los gálatas se alejaron tan rápidamente del evangelio de gracia que Pablo les había predicado, también dejaron en
evidencia su falta de respeto por la autoridad de Pablo como apóstol. Por lo tanto, Pablo inicia la Carta a los Gálatas dedicando dos capítulos a la defensa de su apostolado. Recién en el tercer capítulo comienza a dedicarse al meollo del error de ellos, es decir, que los gálatas buscaban ser justificados por la ley mosaica. En contraste, Pablo argumenta que la justificación llega a las personas por la fe en Jesucristo, no por sus obras bajo la ley.

Parte del problema que los gálatas enfrentaban fue hecho explícito por los judaizantes. Estos falsos maestros sugerían que vivir por gracia y en libertad significaba vivir una vida sin ley y, por lo tanto, degenerada. En respuesta a esta afirmación, Pablo pasa los capítulos finales de esta carta aclarando que la justificación, un acto de gracia por medio de la fe, no tiene que resultar en un estilo de vida pecaminoso. Debido a que los cristianos hemos sido liberados de la esclavitud a nuestra naturaleza pecaminosa,
ahora tenemos abierto para nosotros el camino de la santidad.

¿Cómo aplico esto?

Lamentablemente, las falsas enseñanzas que los judaizantes llevaron a las iglesias gálatas han sido sumamente difíciles
de arrancar, incluso de nuestras iglesias hoy en día. Tenemos que hilar fino. Por un lado, no queremos caer en el legalismo
que estancó a los gálatas. Por otro lado, no podemos vivir como si no hubiera restricciones. El compromiso del cristiano
con Cristo se basa en el regalo gratuito de la gracia por medio de la fe, pero, como lo explica Pablo al final de Gálatas, también resulta en una vida de andar por medio del Espíritu. En tu vida, ¿es evidente el fruto del Espíritu? ¿O te encuentras
viviendo de acuerdo con la carne: «los impulsos de la naturaleza pecaminosa» (Ga 5:16)? Muy a menudo perdemos nuestro camino en los polos extremos, y acabamos ya sea con un intento legalista de ganar nuestra salvación, o con una actitud despreocupada en cuanto a nuestro pecado. Usa las palabras de Pablo en Gálatas como un estímulo para buscar una vida de santidad; no mediante tus propias fuerzas, sino arraigado en el conocimiento de la gracia empoderadora de Dios en tu vida.

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