¿Quién escribió el libro?
Zacarías, nieto del sacerdote Iddo, profetizó al pueblo de Judá después de que regresaron de sus setenta años de exilio en Babilonia (Za 1:1; véase también Ne 12:1, 4, 16). El abuelo y su joven nieto, Zacarías, regresaron de Babilonia, dentro del primer grupo de israelitas a quienes se les permitió regresar bajo el decreto de Ciro de Persia en el 538 a. C. Debido al linaje de su familia, Zacarías era un sacerdote y profeta, así que habría tenido una familiaridad íntima con las prácticas de adoración del pueblo judío, aun si nunca hubiera participado en el servicio del templo. Ya que era joven en el tiempo de sus primeras profecías (Za 2:4), es probable que su vida se haya extendido hasta el reinado de Jerjes (486–465 a. C.), el rey que, en la Biblia, es mejor conocido por convertir a Ester en la reina de Persia (Est 1:1).
¿Dónde nos encontramos?
El joven Zacarías y su contemporáneo mayor, Hageo, entregaron mensajes del Señor al remanente judío que recientemente había regresado de Babilonia. Mientras que el tono general del mensaje de Hageo era uno de precaución, señalando el pecado y egocentrismo del pueblo, Zacarías, por su parte, buscaba animar a los israelitas que se esforzaban y luchaban por reconstruir el templo.
Todas las visiones y los mensajes fechados de Zacarías, dentro de los primeros ocho capítulos de este libro, tuvieron lugar en el mismo período general que los de Hageo, comenzando en octubre o noviembre del 520 a. C. (Za 1:1). Primero recibió ocho visiones durante la noche intranquila del 15 de febrero del 519 a. C. (Za 1:7), y estas fueron seguidas por cuatro mensajes del Señor el 7 de diciembre del 518 a. C. (Za 7:1). Aunque sus mensajes finales en los capítulos 9 al 14 no tienen fecha, la mención de los griegos en Zacarías 9:13 sugiere que estas profecías llegaron mucho después en la vida del profeta, probablemente durante la década antes del 480 a. C., antes de que llegaran Esdras (458 a. C.) y Nehemías (444 a. C.) para revitalizar una vez más al pueblo judío.
¿Por qué es tan importante Zacarías?
Entre los Profetas Menores, el libro de Zacarías es el que contiene el mayor número de pasajes que hablan claramente del Mesías venidero. En ese sentido, es posible considerar a Zacarías como una miniversión de Isaías. Zacarías profetiza sobre la primera venida de Cristo (véase, por ejemplo, Za 9:9) como también Su segunda venida (véase Za 9:10–10:12). Según Zacarías, Jesús vendrá como Salvador, Juez y, finalmente, como el Rey justo que gobernará a Su pueblo desde Jerusalén (Za 14:8-9).
¿Cuál es la idea central?
El nombre de Zacarías significa «Yahveh se acuerda», lo cual se corresponde con el mensaje de sus profecías. Sus palabras rebozaban con la esperanza de que Dios iba a recordar Sus promesas a Su pueblo, incluso después de todo el tiempo que ellos habían pasado fuera de la tierra. El profeta usó una estructura simple de ocho visiones (Za 1:1–6:15), cuatro mensajes sobre la necesidad del pueblo de cumplir la ley (Za 7:1–8:23) y dos mensajes que anticipaban la terminación del templo y, por último, el gobierno futuro del Mesías desde Jerusalén (Za 9:1–14:21). Al igual que muchos de los profetas, Zacarías vio imágenes aisladas del futuro. Por lo tanto, ciertos acontecimientos que parecen ocurrir uno tras otro en sus profecías, en realidad pueden tener generaciones, o incluso milenios, entre ellos.
Para un pueblo que acababa de regresar del exilio, Zacarías proveyó profecías específicas sobre el futuro, tanto el inmediato como el distante, que sin duda fueron muy alentadoras. Su nación todavía experimentaría juicio por el pecado (Za 5:1-11), pero también serían purificados y restaurados (Za 3:1-10), y Dios los reconstruiría (Za 1:7-17). Zacarías terminó su libro con una mirada hacia el futuro distante, señalando primero el rechazo del Mesías por parte de Israel (Za 9:1–11:17) y después, la llegada de Su reino, cuando Israel finalmente experimentaría liberación (Za 12:1–14:21).
¿Cómo aplico esto?
¿Has luchado contra el desánimo? Lee Zacarías. Si bien el libro contiene su porción de juicios sobre el pueblo de Judá y otros más, reboza de esperanza en el futuro reino del Señor sobre Su pueblo. Es fácil quedar atrapados en los acontecimientos deprimentes de la vida diaria, perder nuestra perspectiva y vivir como personas carentes de esperanza. El libro de Zacarías sirve como un correctivo para esa tendencia en nuestras vidas. Tenemos una esperanza que es segura y que está arraigada en Jesucristo. ¡Qué refrescante!