Demasiadas personas relacionan el cristianismo con la hipocresía. Un escéptico escribió: «Un cristiano es una persona que se siente arrepentida el domingo por lo que hizo el sábado y por lo que va a hacer de nuevo el lunes». Triste, pero a menudo es verdad. Algunas de las palabras más duras que Jesús pronunció fueron dirigidas a los hipócritas religiosos de Su tiempo. Estos religiosos no eran personas ignorantes ni insignificantes, sino personas muy influyentes y con mucha autoridad en el judaísmo—los escribas y los fariseos. Tristemente, la presencia de la hipocresía no se extinguió al desparecer estas antiguas sectas; sigue estando viva en las iglesias hoy día. ¿Cuál es el antídoto para la hipocresía? Simplemente vivir una vida auténtica.
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