¿Con qué frecuencia enfrentamos nuestro día con una «expectativa jadeante»? En lugar de ello, nos quejamos de que la alarma del despertador suene tan temprano y la apagamos para seguir durmiendo, aunque sea unos cinco minutos más. Pero prepararse para una vida de aventura con Dios significa poner nuestra fe en Dios, ponernos a cuentas con Él y hacer la diferencia. El Señor tenía esto en mente cuando Él transformó la vida de 11 discípulos atemorizados, en valientes y confiados aventureros que proclamaron el Evangelio por todo el mundo conocido en su tiempo.

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