Sin la obediencia un servidor no es un servidor. En ella reside el secreto de la grandeza de carácter de una persona. Alguien dijo una vez: «toda gran persona ha aprendido primero a cómo obedecer, a quién obedecer y cuándo obedecer». Nuestro Señor Jesucristo fue un modelo perfecto de la obediencia. Él abiertamente declaró que Él realizó la obra que el Padre le pidió que hiciera (Juan 17:4) y que Él de hecho, agradó al Padre al siempre hacer Su voluntad (Juan 4:34; 5:30; 6:38). Si deseamos vivir nuestras vidas como Dios quiere, debemos modelar el ejemplo de Cristo. Si queremos seguir el ejemplo de Cristo, entonces nuestras vidas deben estar caracterizadas por la obediencia. En el estudio de hoy veremos la admonición directa de Jesús a hacer lo que Él hizo en presencia de Sus discípulos. Él quiere que sigamos Su ejemplo. ¿Está usted listo?

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