¿Quién escribió el libro?
Desde hace mucho tiempo, la tradición judía viene atribuyendo la autoría de este libro histórico al escriba y erudito Esdras, quien dirigió al segundo grupo de judíos que regresaron de Babilonia a Jerusalén (véase Esdras 7:11-26). Esdras 7 al 9 incluye un relato en primera persona, lo cual implica la participación del autor en los acontecimientos. Él juega un papel importante en la segunda mitad de este libro, así como también en el libro de Nehemías, que continúa esta narrativa. En la Biblia hebrea, estos dos libros se consideraron una sola obra, aunque algunas evidencias internas sugieren que fueron escritos por separado antes de ser unidos en el canon hebreo (y luego, separados de nuevo en las traducciones al español).
Esdras era descendiente directo de Aarón, el sumo sacerdote (Esdras 7:1-5), por lo que era sacerdote y escriba por derecho propio. Su celo por Dios y la ley de Dios lo impulsaron a dirigir a un grupo de judíos de regreso a Israel durante el reinado del rey Artajerjes sobre el Imperio persa (que había conquistado el Imperio babilónico, el imperio que originalmente había exiliado al pueblo de Judá).
¿Dónde nos encontramos?
El libro de Esdras registra dos períodos distintos que siguen directamente a los setenta años de cautiverio babilónico. Esdras 1 al 6 cubre el primer regreso de judíos del cautiverio, que fue dirigido por Zorobabel: este período de veintitrés años comienza con el edicto de Ciro de Persia y termina con la reconstrucción del templo de Jerusalén (538–515 a. C.). La segunda sección, Esdras 7 al 10, reanuda la historia más de sesenta años después, cuando Esdras guió al segundo grupo de exiliados a Israel (458 a. C.). El libro no podría haberse completado antes de alrededor del 450 a. C. (la fecha de los acontecimientos que se registran en Esdras 10:17-44).
Los acontecimientos en el libro de Esdras ocurren en Jerusalén y en las áreas circunvecinas. Los exiliados que regresaron pudieron poblar solamente una pequeña porción de su antigua patria.
¿Por qué es tan importante Esdras?
El libro de Esdras proporciona un vínculo muy necesario en el registro histórico del pueblo judío. Cuando su rey fue destronado y capturado y el pueblo fue exiliado a Babilonia, Judá dejó de existir como una nación independiente. El libro de Esdras provee un relato de cómo los judíos fueron reunidos después del exilio, y de su lucha por sobrevivir y reconstruir lo que había sido destruido. A través de su narrativa, Esdras declaró que ellos todavía eran el pueblo de Dios y que Él no se había olvidado de ellos.
En el libro de Esdras somos testigos de la reconstrucción del nuevo Templo y la unificación de las tribus que regresaron, ya que compartieron luchas comunes y fueron desafiados a trabajar juntos. Más tarde, después de que el remanente original había dejado de trabajar en las murallas de la ciudad y habían caído en la apatía espiritual, Esdras llegó con otras dos mil personas y despertó un avivamiento espiritual. Al llegar al final del libro, el pueblo judío había renovado su pacto con Dios y había comenzado a actuar en obediencia a Él.
Esdras también contiene una de las más destacadas oraciones intercesoras de la Biblia (Esdras 9:5-15; véanse otras en Daniel 9:4-19 y Nehemías 9:5-37). Su liderazgo demostró ser crucial para el avance espiritual de los judíos.
¿Cuál es la idea central?
La narrativa de Esdras revela dos desafíos principales que los exiliados que regresaron tuvieron que enfrentar: (1) el difícil proceso de restaurar el templo (Esdras 1–6), y (2) la necesidad de una reforma espiritual (Esdras 7–10). Ambas cosas eran necesarias para que el pueblo renovara su comunión con el Señor.
También se revela un propósito teológico más amplio: la confirmación de que Dios cumple Sus promesas. A través de los profetas, Dios había decretado que Su pueblo escogido regresaría a su tierra después de un exilio de setenta años. El relato de Esdras proclama que Dios cumplió Su palabra, y también muestra que cuando Su pueblo se mantenía fiel a Él, Dios lo seguía bendiciendo. Por lo tanto, el libro hace énfasis en el templo y la adoración apropiada, muy similar a la manera que lo hicieron 1 y 2 Crónicas, que también fueron escritos durante esos días.
¿Cómo aplico esto?
Dios movió los corazones de los gobernantes seculares (Ciro, Darío y Artajerjes) para permitir, e incluso alentar y ayudar, al pueblo judío a regresar a casa. El Señor usó a estos aliados inesperados para cumplir Sus promesas de restaurar a Su pueblo escogido. ¿Se ha topado con fuentes inesperadas de bendición? ¿Se ha preguntado cómo puede Dios obrar realmente en todas las cosas para el bien de quienes lo aman y son llamados según el propósito que Él tiene para ellos (Romanos 8:28)? Tome tiempo hoy para reconocer la soberanía y misericordia de Dios en su vida.