¿Quién escribió el libro?
Según la tradición judía, el profeta Samuel escribió el libro de Rut. El texto en sí no dice nada del autor, pero quien lo haya escrito fue un hábil contador de historias. Se le ha llamado la historia corta más bella que se haya escrito. Las palabras finales del libro vinculan a Rut con su bisnieto, el rey David (Rt 4:17-22). La genealogía al final del libro muestra el linaje de David extendiéndose a través de los días de los jueces, sirviendo de apoyo para su reinado legítimo.
¿Dónde nos encontramos?
Los acontecimientos de Rut ocurrieron entre 1160 a. C. y 1100 a. C., durante el último período de los jueces (Rt 1:1). Esos fueron días oscuros, llenos de sufrimiento ocasionado por la apostasía e inmoralidad de los israelitas. La hambruna y la guerra fueron dos de las formas en las que Dios trajo juicio sobre Su pueblo pecaminoso. El libro de Rut comienza con un relato de una hambruna, que
impulsó a la familia de Noemí a salir de Belén y entrar a la tierra vecina de Moab. Noemí finalmente regresó con Rut porque «se enteró de que el Señor había bendecido a su pueblo en Judá al volver a darle buenas cosechas» (Rt 1:6).
La narración se ubica justo en medio del patrón cíclico del pecado, sufrimiento, súplica y salvación que se encuentra en Jueces. Pero esta historia se destaca como un rayo de luz, mostrando el poder de la gran bondad de Dios (en hebreo, chesed; Rt 1:8) hacia Su pueblo fiel. El autor le da al lector una perspectiva limitada, enfocándose en una sola familia de un pequeño pueblo, en lugar de las
narrativas más amplias que se encuentran en Jueces.
¿Por qué es tan importante Rut?
El libro está escrito desde el punto de vista de Noemí. Todo y todos en él tienen algo que ver con ella: la muerte de su esposo y de sus hijos, sus cuñadas, el regreso a Belén, su Dios, su pariente Booz, la venta de su tierra y su descendencia. A través de la historia de Noemí, este libro provee una
perspectiva particularmente femenina de Dios.
A Noemí se le ha descrito como un Job femenino. Ella lo perdió todo: su hogar, su esposo, sus hijos e incluso, más que Job, su sustento. Ella se unió a las filas de los miembros más bajos de Israel: los pobres y las viudas. Ella clamó en su dolor y no logró reconocer el regalo que Dios le había colocado en su camino: Rut.
Rut personificaba, en sí misma, el amor chesed. Su conmovedor voto de lealtad (Rt 1:16-17), aunque obviamente no de naturaleza matrimonial, frecuentemente se incluye en las ceremonias de boda
modernas para comunicar la profundidad de devoción a la que aspiran las parejas nuevas. El libro revela la extensión de la bondad de Dios: Él recibió a Rut en Su pueblo escogido y la honró con un papel que daría continuación a la descendencia de la que nacerían Su rey designado, David, y posteriormente Su Hijo, Jesús.
¿Cuál es la idea central?
La obediencia en la vida diaria agrada a Dios. Cuando reflejamos Su carácter a través de nuestras interacciones con otros, le damos gloria a Él. El sacrificio y arduo trabajo que Rut hizo para proveer para Noemí reflejaban el amor de Dios. La lealtad que Booz mostró a su pariente, el esposo de Noemí, reflejaba la fidelidad de Dios. El plan de Noemí para el futuro de Rut reflejaba el cuidado de Dios.
El libro de Rut les mostraba a los israelitas las bendiciones que podría conllevar la obediencia. Les mostraba la naturaleza amorosa y fiel de su Dios. Este libro demuestra que Dios responde al clamor de Su pueblo. En otras palabras, Él practica lo que predica. Viéndolo proveer para Noemí y Rut, dos viudas con pocas posibilidades de un futuro, aprendemos que Él cuida de los marginados de la sociedad, así como nos pide que nosotros también lo hagamos (Jr 22:16; St 1:27).
¿Cómo aplico esto?
El libro de Rut llegó en una época de la historia de Israel en que la vida era vivida de manera irresponsable. La historia apropiadamente llamaba al pueblo a tener una mayor responsabilidad y fidelidad ante Dios, incluso en tiempos difíciles. Este llamado se aplica con la misma fuerza a nosotros hoy. Pertenecemos a un Dios amoroso, fiel y poderoso que nunca ha fallado en proveer y cuidar de Sus hijos. Al igual que Rut y Booz, se nos llama a responder con obediencia fiel a Su gracia divina. ¿Está dispuesto?