Al considerar el papel de un siervo, se destacan tres aspectos específicos: dar, perdonar y olvidar. Como veremos hoy, las personas que verdaderamente sirven a otros desinteresada y sacrificialmente son aquellas que no llevan un registro mental de todo lo que han hecho mal o incluso de las ofensas recibidas. Además, no buscan el reconocimiento público por su servicio a Dios, pues saben que Él toma en cuenta cada obra realizada en Su nombre. Esto les ayuda a animarse mientras enfrentan desilusiones y rechazos aquí en la tierra. Estas personas han aprendido a ser siervos divinamente olvidadizos.
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