Hay gente que nunca aprende, ¿no es cierto? Los periódicos cuentan historia tras historia de personas que mueren arrolladas al querer ganarle al tren en la intersección y lo peor de todo es que todavía hay quienes lo siguen intentando. Cada año estadísticas en los Estados Unidos muestran que más de 400 mil fumadores sufren muertes horribles debido a ese mal hábito. Sin embargo, la gente no deja de fumar. Cientos de miles de niños sufren la muerte de sus padres, padres que han abusado del alcohol y de las drogas por años, y tristemente, muchos de estos niños se vuelven adictos también. Hoy conoceremos el caso de otro hombre que al parecer, tampoco aprendió la lección, a pesar de que había visto la obra del único y verdadero Dios directamente en su familia. Aunque hubo un cambio de rey, Ocozías no se apartó del perverso sistema religioso de sus padres. Después del ejemplo de Acab, su hijo debió haber sabido lo que leemos en Hebreos 10:31: «terrible cosa es caer en las manos de un Dios vivo». Pero hay personas que simplemente nunca aprenden.
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