
¿Quién escribió el libro?
Salmos, una colección de poemas líricos, es uno de los dos únicos libros del Antiguo Testamento (el otro es Proverbios) que se identifican como obras compuestas que contienen múltiples autores. Algunos de los salmos nombran a su autor en el sobrescrito. Por ejemplo, sabemos que Moisés escribió el Salmo 90. David compuso setenta y tres de los salmos. Asaf escribió doce, los descendientes de Coré escribieron once, Salomón escribió dos y los ezraítas Etán y Hemán compusieron uno cada uno. El resto de los salmos no identifican a sus autores.
El título hebreo del libro es Tehillim, que significa «cantos de alabanza». El título en español —Salmos— se originó de Psalmoi, el título usado en la Septuaginta (la traducción al griego del Antiguo Testamento), y que, de igual manera, significa «cantos de alabanza».
¿Dónde nos encontramos?
Los primeros salmos individuales fueron escritos en el tiempo de Moisés, y se continuaron componiendo durante los tiempos de David, Asaf y Salomón, y aun hasta la época de los ezraítas, quienes muy probablemente vivieron después del cautiverio babilónico. Esto quiere decir que la escritura del libro abarcó más de mil años. Algunos de los salmos atribuidos a David tienen anotaciones adicionales que los relacionan con acontecimientos documentados de su vida. Por ejemplo, el Salmo 34 probablemente registra la respuesta de David después de que fingió estar demente para huir de un rey extranjero (1 Sm 21:10-15), y es probable que el Salmo 59 fuera escrito cuando Saúl envió tropas a la casa de David para matarlo (1 Sm 19:1).
Los salmos están organizados en cinco libros o colecciones. Probablemente fueron recopilados de manera gradual, a medida que las formas de adoración colectiva se desarrollaron junto con la adoración en el templo. Bien puede ser que para la época de Esdras los libros del Salterio estuvieran organizados en su forma final. Cada sección concluye con una doxología, y todo el Salterio termina con el Salmo 150, una majestuosa doxología.
¿Por qué es tan importante Salmos?
Los salmos eran el himnario antiguo del pueblo de Dios. A menudo, pero no siempre, la poesía se musicalizaba y expresaba las emociones del poeta individual hacia, o acerca de, Dios.
Los distintos tipos de salmos comunicaban diversos sentimientos y pensamientos en cuanto a lo que el salmista experimentaba. Los salmos de lamento fueron escritos para clamar a Dios por rescate en circunstancias difíciles. Los salmos de alabanza, también llamados himnos, expresaban admiración a Dios. Los salmos de agradecimiento, por lo general, reflejaban gratitud por liberación personal o provisión de Dios. Los salmos del peregrino se cantaban durante los peregrinajes a Jerusalén para los tres festivales anuales. A otros tipos de salmos se les refiere hoy en día como salmos de sabiduría, salmos reales (que tienen que ver con la realeza del rey de Israel o del Mesías de Israel), salmos de victoria, salmos imprecatorios (que apelan a Dios para que castigue a Sus enemigos y a los enemigos de Su pueblo) y cantos de Sion.
El libro de Salmos incluye términos hebreos únicos. La palabra Selah, que se traduce en la NTV como «Interludio», se encuentra setenta y una veces a lo largo de los Salmos, y es muy probablemente una anotación musical agregada por los líderes de alabanza después de que los israelitas incorporaban un salmo particular a la adoración pública. Los eruditos no conocen el significado de maskil, que se encuentra en el título de trece salmos, pero puede ser un término musical o literario. En ocasión, un salmo aparece con instrucciones para el líder de cantos. Entre los ejemplos se encuentran: «Para el director del coro» (que aparece en cincuenta y cinco salmos); «Entónese con la melodía de “Los lirios”» (referencias similares se encuentran en Sal 45; 60; 69; y 80); «Cántese con la melodía de “Cierva de la aurora”» (Sal 22); y «Cántese con la melodía de “¡No destruyas!”» (Sal 57–59; 75). Estas notas y otras podrían referirse a las melodías para cantar el salmo determinado, o tal vez a las sugerencias para el uso litúrgico.
¿Cuál es la idea central?
El libro de Salmos evoca la adoración a través de toda la gama de las emociones humanas. A lo largo de sus muchas páginas, los Salmos guían a sus lectores a alabar a Dios por lo que Él es y lo que ha hecho. Los Salmos iluminan la grandeza de nuestro Dios, afirman Su fidelidad para con nosotros en tiempos difíciles y nos recuerdan la centralidad absoluta de Su Palabra. Los Salmos presentan una imagen clara de cómo el pueblo de Dios respondió con alabanza y adoración cuando Dios los guio amorosamente. La manifestación de la adoración en los Salmos nos da un vistazo tras otro de corazones dedicados a Dios, de personas que se arrepienten ante Él y de vidas transformadas a través de encuentros con Él.
¿Cómo aplico esto?
Lee el Salmo 1, luego el Salmo 150. Agradécele a Dios por permitirte expresarle a Él tus emociones más profundas. Si sufres, usa el Salmo 13 como guía y escríbele tu propio lamento a Dios. Si estás alegre, medita en el Salmo 30 y haz eco de la alabanza que se encuentra allí. No importa cuál sea tu circunstancia, los Salmos contienen una palabra correspondiente que te ayudará a compartir tu corazón con el Señor.