El escritor del libro de Hebreos dijo: «Sin fe, es imposible agradar a Dios».

La fe jugó un papel crítico en la iglesia primitiva; las manos de Dios estaban constantemente trabajando en el libro de los Hechos. Por la fe en Dios y a través del poder del Espíritu Santo, la iglesia echó raíces y creció con audacia y sin límites. ¡La vida cristiana era una aventura! Tenemos ese mismo Espíritu Santo obrando en nuestras vidas hoy. ¿Qué aventuras imprevistas podría tener Dios reservadas para nosotros?