¡Qué verdad tan liberadora es la gracia de Dios! Todos éramos esclavos del pecado por nacimiento, por naturaleza y por elección. Viviendo bajo el dominio de ese cruel amo que es el pecado, no podíamos romper el yugo que nos mantenía presos a él. Pero un día llegó Cristo a nuestra vida y nos salvó, liberándonos para siempre de la maldición de la Ley, de la obediencia al pecado y de la tiranía de querer complacer a los demás. La gracia nos libera para servir al único Amo y Señor de nuestras vidas: Jesucristo. Lamentablemente, hay algunos que abusan de esta libertad. Torciendo el principio de la gracia, ellos piensan: «Si lo único que Dios quiere es perdonar, y si Su gracia es tan ancha como para cubrir cualquier mancha o defecto, ¿por qué preocuparnos del pecado? ¿Por qué no vivir como nos dé la gana? A fin de cuentas da lo mismo». El apóstol Pablo señala directamente este asunto en los últimos nueve versículos de Romanos 6. Todos los que sientan la tentación de abusar de la gracia maravillosa de Dios harían bien en examinar y aplicar las directrices establecidas en este poderoso pasaje de la Palabra inerrante de Dios.
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13 Mensajes en CD o audio digital
Mensajes en esta serie:
- ¡La Gracia: ¡Es Realmente Maravillosa!
- La Gracia: Un Regalo Sin Condiciones
- ¿No Es Arriesgado Abrazar la Gracia?
- Indigno, Pero Amado Incondicionalmente
- Enfrentándose al Legalismo
- ¿Usted es Libre? Entonces, ¡Viva Como Tal!
- Guiando a Otros Hacia la Libertad
- La Gracia de Permitir a Otros Ser lo que Son
- La Gracia de Estar en Desacuerdo y Perseverar
- ¿Modela Usted Realmente la Gracia?
- Un Matrimonio Aceitado por la Gracia
- El Gozo Encantador de Dar con Gracia
- La Gracia: ¡Es Realmente Aceptadora!