El apóstol Pablo. Martín Lutero. Corrie ten Boom. Winston Churchill. Cada nombre es instantáneamente reconocible, porque cada persona demostró valentía frente a la oposición, superando el mal con el bien y cambiando vidas.

¿Podemos nosotros hacer una diferencia?

No se necesita un nombre famoso para marcar la diferencia. A través del poder de Dios, cualquiera puede impactar vecindarios, lugares de trabajo e incluso el mundo.