Nutra su alma con la Palabra de Dios

«La gente no vive solo de pan, sino que vivimos de cada palabra que sale de la boca del Señor». Deuteronomio 8:3

La Palabra de Dios es el pan que anhela nuestra alma, pero ¿cómo podemos obtener sus nutrientes? En el libro Aliméntese de las Escrituras: Encuentre la nutrición que su alma necesita, el pastor Charles R. Swindoll nos comparte una receta muy personal para lograr una nutrición espiritual óptima. Como todo un chef ejecutivo, este amado escritor se pone su gorro y uniforme de cocinero y nos comparte algunas técnicas probadas y comprobadas que él mismo a diario utiliza en la privacidad de su estudio personal. Para cuando termine de leer estas páginas, usted estará bien capacitado para explorar las Escrituras por su cuenta, y bien preparado para enseñarla con gozo a otros.

El pastor Swindoll reitera que estudiar y compartir la Biblia es muy parecido a cocinar. Primero, se reúnen los ingredientes del platillo que se desea cocinar, luego se procede a la preparación de la comida, hasta que finalmente se sirve el banquete que se ha elaborado para el deleite personal y de alguien más. Aprenda cómo seguir la estrategia simple del pastor Swindoll para comenzar su propio paso para Alimentarse de las Escrituras.

¡Buen provecho!

En los siguientes videos, el pastor Carlos A. Zazueta y el pastor Jorge Ponce, pastor de Visión Para Vivir Centroamérica, ponen en sus manos esta receta con el deseo de que usted la comparta con otros personas para que ellas también puedan probarla y pasarla a otros.

Observar

Correlacionar

Interpretar

Aplicar

La importancia de nutrir el alma con las Escrituras

«La gente no vive solo de pan, sino que vivimos de cada palabra que sale de la boca del Señor». (Deuteronomio 8:3, NTV)

Por años, desde que deposité mi confianza en Cristo como el Salvador y Señor de mi vida, cada vez que escuchaba un buen sermón o alguna enseñanza bíblica profunda, salía de la reunión asombrado preguntándome cómo a esa persona le fue posible encontrar todo eso en el texto de las Escrituras. Anhelaba tener la suficiente capacidad para descubrir por mí mismo esas verdades. Además, con frecuencia me sentía culpable porque la gente constantemente me decía que debía estudiar la Biblia, pero cuando lo intentaba, no sabía cómo abordarla. Así que me desanimaba y me daba por vencido. Desde aquellos días de frustración, he descubierto que la mayoría de los cristianos sinceramente quieren estudiar la Biblia por su cuenta, pero no saben cómo abordarla. Con frecuencia se preguntan dónde deben comenzar a leer primero, y las respuestas que reciben son variadas. Sin embargo, en algún punto en el camino se cansan y detienen, abandonando esta noble idea de leer la santa Palabra de Dios. Lo cierto es que no necesitan más exhortaciones, sino algunas instrucciones para lograrlo. El propósito de esta serie de artículos es más que ayudarle a leer la Biblia por su cuenta, sino proveer un método de estudio que le ayudará a nutrir espiritualmente su alma al comprender mejor el significado de las Escrituras.

Es bien sabido que una salud óptima requiere una nutrición óptima. Lo mismo sucede con nuestra vida espiritual. Sin una nutrición bíblica suficiente y constante, nuestra vida interior comenzará a sufrir las consecuencias. Cuando dejamos de apartar un tiempo para digerir el alimento espiritual saludable, nos volvemos superficiales y egoístas, más exigentes y menos amables, y reaccionamos con impaciencia, apresuramiento y enojo. Estos son los síntomas de una mala nutrición espiritual en nuestra vida.

Confío que con el estudio de este material y la puesta en práctica de las herramientas que se le presentan, no solo tendrá la satisfacción de abrir las páginas de su Biblia sin sentirse temeroso ni intimidado, sino que además podrá compartir con los demás, lleno de confianza, lo que averigüe de su estudio de las Escrituras. Al terminar de leer este proceso, usted conocerá las tres etapas necesarias para preparar el alimento espiritual y nutritivo de la Palabra de Dios: reunir los ingredientes, preparar la comida y servir el banquete a otros con gran alegría y tranquila confianza. Así que, ¡comencemos!

PRIMERA ETAPA: Reunir los ingredientes

Una descripción general de la Biblia: Su menú completo de cuatro tiempos para el alimento espiritual de por vida.

Entremés, platillos de entrada, principal y postre

Considerar la verdadera nutrición

«Las Escrituras no fueron dadas para aumentar nuestro conocimiento, sino para cambiar nuestras vidas» —D.L. Moody

Nadie puede negar la importancia de una buena nutrición alimenticia. Nuestros niveles de energía, nuestra capacidad de manejar los desafíos de la vida y hasta nuestra actitud mental están directamente relacionados con el consumo de los alimentos saludables que debemos ingerir diariamente y en cantidades apropiadas. Consumir comida chatarra o alimentos con alto contenido de azúcar todo el tiempo, eventualmente afectará nuestra salud, haciéndonos sentir fatigados y aletargados, podemos volvernos irritables, nerviosos o incluso deprimidos, y somos más propensos a enfermedades crónicas. Es la manera que tiene el cuerpo de hacernos saber que le falta la nutrición necesaria.

Lo mismo sucede cuando se trata de asuntos espirituales. Ojear uno o dos versículos mientras vamos saliendo de la casa no satisface nuestra necesidad ni nos hace crecer a largo plazo. Sin la alimentación bíblica regular y suficiente, nuestra vida interior empieza a sufrir las consecuencias. Nuestra alma anhela ser alimentada, nutrida y fortalecida por las Escrituras en forma habitual. Cuando dejamos de apartar tiempo para consumir el alimento espiritual saludable, no pasa mucho tiempo antes de que empiecen a notarse las consecuencias. Comenzamos a manejarnos según la carne, en vez de hacerlo según el Espíritu de Dios. Nos volvemos frívolos y egoístas, y menos amables. Reaccionamos con impaciencia y enfado. Estas son algunas señales de desnutrición espiritual.

Para asegurar que nuestra alma esté bien nutrida, necesitamos aprender a preparar nuestros propios alimentos espirituales, asegurándonos de utilizar ingredientes nutritivos de buena calidad. Las deliciosas comidas gourmet que sirven en los restaurantes no aparecen de la nada. Demandan tiempo y cuidadosa preparación. Se distinguen por utilizar ingredientes frescos, nutritivos y de la más óptima calidad. Los chefs no lanzan un manojo de cosas juntas de manera casual; más bien, siguen una receta específica y les prestan atención especial a los detalles importantes. Después de elaborar cuidadosamente cada platillo, lo presentan de una forma creativa y apetecible. El resultado es una suculenta comida y la satisfacción del comensal.

Este es precisamente el modelo que debemos seguir en cuanto a las Escrituras. Antes de meternos de lleno en la Biblia, necesitamos tener en cuenta el valor nutritivo de estudiar la Palabra de Dios. ¿Cuáles serán los beneficios de aprender a estudiar la Palabra de Dios por nuestra cuenta? Además, necesitamos alimentarnos habitualmente de las Escrituras. No es suficiente tener un pastor o un maestro que nos alimente una vez por semana; necesitamos ser capaces de preparar nuestras propias comidas espirituales a diario.

¿Por qué es importante estudiar la Biblia?

Seis maneras en que estudiar y aplicar la Biblia contribuye al crecimiento espiritual

SEGUNDA ETAPA: Preparar el alimento

Mientras no aprendamos a cocinar alimentos saludables por nuestra cuenta, con la ayuda de los diferentes utensilios al alcance, podemos pasarnos la vida comiendo alimentos preparados por otros a quienes no les interesa si son saludables o no.

La importancia del valor nutricional de los ingredientes

Ese alimento chatarra nos llena, pero no nos nutre. De igual manera ocurre con el estudio de la Biblia. Si no aprendemos a estudiarla con la ayuda de las diferentes herramientas existentes (diccionarios, comentarios, etc.), pasaremos la vida alimentándonos espiritualmente de lo que otros preparan, sin importar lo saludable o tóxico que pueda ser el resultado. Puede que esa información nos llene, pero no nutre nuestra alma.

Sin embargo, en cuanto a la preparación de alimentos por cuenta propia, existen dos maneras comunes de conseguir los ingredientes necesarios para hacerlo.

La primera es: se tiene en mente el platillo que se desea cocinar y se saben los ingredientes necesarios para preparar esa receta. Se va al supermercado para surtir solo los ingredientes anotados en la lista de compras, ignorando la mayor parte de los artículos en los estantes. Puede ser que este método funcione cuando se sigue una receta específica pues se tiene una idea preconcebida de cuál será el resultado esperado. Sin embargo, en lo que se refiere al estudio de la Biblia, este método es como traer ideas preconcebidas al texto bíblico y leer el pasaje a estudiar solo para reforzar nuestras propias opiniones.

La segunda manera es: ir al supermercado con una mente abierta a todas las posibilidades que se ofrecen en los estantes. Se consideran las variedades de colores, olores, sabores y texturas. Entonces surge una amplia gama de ideas de qué cocinar. No es hasta que hayamos examinado toda la tienda, que se puede definir el tipo de platillo que se desea preparar. Este segundo enfoque es el más adecuado en cuanto al estudio metódico de la Biblia, ya que debemos mirar cuidadosamente lo que la Biblia tiene «en exhibición», por así decirlo, y luego permitir que nuestras observaciones y la ayuda de las diversas herramientas de estudio nos guíen a hacer el mejor uso posible de lo que encontremos.

Con esto en mente, echemos un vistazo al proceso de interpretación bíblica que nos ayudará no solo a preparar un suculento platillo gourmet, sino también aprender el origen, usos y valor nutricional de los ingredientes que tenemos en exhibición, y cómo su aporte original impacta el resultado final en nuestro proceso de preparación.

El recorrido interpretativo

Paso 1: Observar

Paso 2: Interpretar

Paso 3: Correlacionar

Paso 4: Aplicar

TERECERA ETAPA: Servir el banquete

Poner la mesa

A menudo se pasa por alto poner una mesa agradable, pero su importancia no debe minimizarse. Tener una mesa bien arreglada afecta el disfrute de la comida, lo que incluso puede afectar qué tan bien se digiere la comida. Después de hacer el esfuerzo que implica la planificación cuidadosa del menú y la cocina saludable, no se debe empañar el alimento con una presentación desorganizada o, peor aún, saltar de la mesa para agarrar cucharas o servilletas olvidadas. Trate de anticipar las necesidades de sus comensales, así como la comida en sí, colocando los utensilios y condimentos adecuados con anticipación.

Pues bien, prepararse para enseñar o predicar la Biblia se parece mucho a arreglar una mesa estupenda para servir una comida exquisita. El estudio cuidadoso y consistente de las Escrituras fomenta el crecimiento personal. Sin embargo, el estudiante diligente de la Biblia reconoce que su crecimiento personal es solo el principio del proceso para alcanzar la madurez espiritual. Es necesario compartir el fruto de su estudio con otras personas que están ansiosas de recibir alimento espiritual sólido y nutritivo.

A medida que aprendemos a profundizar en las Escrituras, la diligencia y la disciplina no son opcionales. Como con cualquier habilidad, tenemos que poner todo nuestro corazón si queremos hacerlo mejor. Y cuanto más nos esmeremos en nuestro estudio y preparación personal, más competentes seremos al enseñar a otros.

La práctica y mentalidad de la exposición

Compartir el fruto de su estudio

Brindar aplicaciones útiles en la realidad contemporánea

Una conclusión memorable

Que nunca se acabe su viaje a través de la Biblia. Que su andar con Cristo siga haciéndose más profundo. Que su conocimiento y su discernimiento aumenten a medida que se humilla a sí mismo bajo la poderosa mano de Dios. Que sea usado para animar a muchos a darse cuenta del banquete que les espera cuando descubran cómo encontrar los ingredientes, preparar y servir la comida que, por la gracia y el poder de Dios, transformará vidas en todo el mundo. ¡Buen provecho!