Por dedicado que esté usted a su iglesia, hay otros. Usted no es indispensable allí. Dios puede guiarlo a usted a otra iglesia . . . y algún día lo hará. Pero usted no puede conseguir otra familia . . . y ellos no pueden conseguir a otro usted.

Los miembros de su familia son los que más lo quieren y más lo necesitan; y digo esto en el sentido más saludable. Su esposa e hijos quieren estar con usted. Quieren todo el tiempo que sea posible para disfrutarlo con usted. Si usted ya tiene el nido vacío, incluso sus hijos adultos todavía lo necesitan. También sus nietos. Los míos son así. No quieren perdernos simplemente porque estamos dedicados al ministerio.

Si su ministerio crece y empieza a incluir otras órbitas (como ha sucedido con el mío), tal vez un ministerio de radio, un ministerio más amplio de predicación, un ministerio de música, o un ministerio de publicación, tenga presente que todas esas cosas tienen apetito voraz. Tal como el domingo llega todas las semanas (incluso durante las vacaciones) y usted tiene que ponerse de pie y predicar sea que esté listo o no, también sus otros compromisos pueden drenarle la vida. Toda editorial quiere el próximo libro, todo público en la Internet quiere la siguiente entrega. Mi esposa, Cynthia, a menudo me recuerda: “La radio nunca se va de vacaciones.” Esos trenes siguen moviéndose, así que es muy difícil detenerlos.

Ahora bien, no estoy diciendo que nunca debe escribir, ni predicar en otra parte, ni ampliar a su ministerio. Estoy diciéndole que piense primero y evalúe si en realidad Dios está guiándolo. Las necesidades siempre serán más que nuestra energía. Incluso Jesús no sanó a todos. A propósito limitó su ministerio (Marcos 1:35-38). El juicio ante el tribunal de Cristo será en cuanto a calidad, no la cantidad (1 Corintios 3:13). Piense antes de añadir algo a su plato.

Practique decir que “no.”

—Chuck