Romanos 8:1

«Por consiguiente, no hay ahora condenación para los que están en Cristo Jesús». Romanos 8:1

Desde la cima donde el profeta Daniel se encontraba espiritualmente, Dios le permitió ver más allá del horizonte de su tiempo. Aunque no distinguió todos los detalles del paisaje, sí pudo contemplar cinco picos proféticos que sobresalían con claridad en la línea del tiempo divino:

  1. La reconstrucción de Jerusalén,
  2. El ascenso y caída de imperios gentiles,
  3. La venida y muerte del Mesías,
  4. El tiempo de angustia, y
  5. El tiempo de justicia.

Muchos de estos eventos ya se han cumplido con exactitud histórica. Solo los dos últimos aguardan en el futuro: el tiempo de angustia (la Gran Tribulación) y el tiempo de justicia (el reinado del Mesías). Nosotros, como generación privilegiada, vivimos en el umbral mismo de su cumplimiento. No hay ninguna barrera profética entre nosotros y el regreso de Cristo.

Esto nos deja ante una pregunta profundamente personal: ¿Y si Cristo viniera hoy? ¿Estoy preparado? ¿Estoy seguro de que escaparía del juicio de Dios? Las Escrituras no nos deja en la incertidumbre. Pablo declara con firmeza: «Por consiguiente, no hay ahora condenación para los que están en Cristo Jesús» (Romanos 8:1, NBLA).

Esa promesa transforma el miedo en esperanza y la ansiedad en anticipación. Porque si estamos en Cristo, no tememos Su venida. La anhelamos. ¡Qué gozo será ver Su rostro y sentir el abrazo eterno de nuestro Salvador!

El teólogo A. J. Conyers escribió: «La esperanza es una anticipación confiada y voluntaria de lo que Dios hará».  Y, ¿qué hará Dios? Restaurará la justicia. Pondrá fin al mal. Sanará toda herida. Y, sobre todo, se dará a Sí mismo. Dios habitará con nosotros, y finalmente veremos al Padre cara a cara. Por eso, no estudiamos profecía para alimentar la curiosidad, sino para avivar la devoción. La profecía nos da esperanza; la esperanza nos llena de anticipación; y la anticipación nos impulsa a vivir para el Señor hoy.

La profecía no es para especular sobre fechas, sino para transformar vidas hoy. ¿Estás listo para ese cambio?

La profecía no es para especular sobre fechas, sino para transformar vidas hoy. ¿Estás listo para ese cambio?

Charles R. Swindoll Tweet esto

Adaptado de la guía de estudio, Daniel -El modelo de Dios para el futuro, publicado por Insight for Living. Copyright © 2002 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.