Venciendo el temor

El Salmo 23 de David le habla directamente al temeroso. Mediante trazos grandes de su pluma, el pastor convierte nuestros huesos en acero. David se enfrenta a temor con una sencilla declaración: «Aunque pase por el valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo». (Salmos 23:4)

Una oración por los padres

Durante los siguientes minutos, quiero pedirle que piense en su padre. Medite en lo que ha contribuido en su vida. Piense en la influencia que ha tenido en su persona y lo que el invirtió en usted; piense en sus consejos. Analice su rostro . . . aquella imagen que tiene grabada en su mente. Escuche nuevamente el eco de su voz . . . aquella risa contagiosa . . . aquellas expresiones singulares que surgen a través de los recuerdos.

Recordando que Dios es fiel

El vínculo esencial entre la gracia de Dios y nuestra paz es la misericordia—La compasión infinita de Dios demostrada activamente hacia los que están en miseria. Algo importante que hay que recalcar es que la misericordia no es lástima. No significa dolor o comprensión de nuestra prueba sino más bien el alivio divino que genera paz dentro de nosotros.

Esperanza más allá del fracaso

Aquellos que logran grandes objetivos por lo general son aquellos que han fracasado muchas veces. Nuestros fracasos, son solo pruebas temporales que nos van preparando para esos gloriosos triunfos.

Dudas Diarias

El hombre se encontraba angustiado. Profeta o no, él estaba batallando con la justicia de Dios. Muy dentro de sí dudaba de la presencia de Dios. «¿Dónde está? ¿Por qué el Señor se ha desvanecido en el momento en que más lo necesito?» Él no era el único que se sentía así. ¿Quién no ha tenido preguntas similares?

Valor para el desalentado

Hay una mosca en la sopa de la decepción. Nosotros la hemos puesto allí. De modo que no hay nadie más a quien culpar sino a nosotros mismos. Deténgase a pensarlo un momento. ¿Qué es lo que hace que nos decepcionemos? Que nosotros ya lo teníamos figurado en nuestras mentes y habíamos anticipado cierto resultado o una respuesta que nunca se materializó.

Controlando nuestras palabras

El principio del eco es una de esas leyes inmutables en la naturaleza física y especialmente en la naturaleza humana. ¿A qué me refiero? Es muy simple. Recibimos a cambio exactamente lo que damos. Es más, en algunos casos recibimos aún más de lo que damos. ¿Recuerda las palabras de Jesús? «Porque con la medida con que midáis, se os volverá a medir» (Lucas 6:38).

Viviendo la verdad

Una de las características más magnéticas de Cristo es Su consistencia. Cuando se le necesita, Él está allí. Y aun cuando usted piensa que no lo necesita, también está allí. Él nunca llega demasiado temprano o demasiado tarde. Nunca está de mal humor y tampoco le pedirá que le llame en horas de oficina. Él está disponible siempre porque es inmutable. Con Él no hay ayer ni mañana; no hay año nuevo o año viejo. Jesús es «el mismo» siempre (Hebreos 13:8).

Anticipando su regreso

Aquellas personas que son más prácticas que místicas, que son más realistas que idealistas, tienden a pensar en eso solo en los funerales o al escuchar de experiencias al borde de la muerte. La mayoría de nosotros nos preocupamos más por el presente que por el futuro.