Salmo 57:1

Porque en ti ha confiado mi alma,

Y en la sombra de tus alas me ampararé

Hasta que pasen los quebrantos.

Salmo 57:1

La ansiedad es un total desperdicio de energía. No resuelve nada. Por eso Jesús dijo: «¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo?» (Mateo 6:27). En esencia estaba diciendo: «Te vas a la cama esta noche, y te afanas, y te enfadas, por qué no mides un metro ochenta centímetros de estatura; sólo mides un metro setenta y cinco centímetros. Pero cuando te despiertas por la mañana, sigues midiendo un metro setenta y cinco centímetros». ¡La ansiedad jamás hará que usted se estire! Tampoco resolverá esa ansiedad mental.

Permítame ser completamente cándido aquí. ¿Sabe usted por qué nos afanamos? tenemos un amor quieto, escondido, por la preocupación y el afán. ¡Lo disfrutamos! Cuando una preocupación se va, la reemplazamos con otra. Siempre hay una hilera de preocupaciones esperando entrar por la puerta. Así que cuando una sale por la puerta de atrás, le abrimos a la siguiente que viene por la puerta del frente. Disfrutamos teniéndolas. Las preocupaciones son nuestras compañeras mentales y emocionales. Pero Jesús dice, en efecto, ¡qué son inútiles!

Adaptado del libro, Sabiduría Para el Camino: Palabras Sabias para Personas Ocupadas (Grupo Nelson 2008). Copyright © 2008 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.