¡YA CASI ES EL DÍA DE ACCIÓN DE GRACIAS!, mi día favorito. De todas las festividades, esta es la mejor, en mi opinión. La prefiero porque es tan saludable, tan alentadora, tan valiosa… y tan sencilla. La prefiero porque no hay canciones navideñas que cantar, comerciales que soportar, regalos que comprar, lugares a donde ir o reuniones a las que asistir—solo hay que dar gracias. Solo hay que mirar hacia arriba, mirar alrededor, mirar dentro de sí mismo y decir: «Gracias, Señor».
Así que empecemos temprano con nuestra Acción de Gracias este año. Tal vez estas pocas reflexiones le estimulen a darle gracias a Dios en mayor abundancia.
Sean agradecidos en toda circunstancia, pues esta es la voluntad de Dios para ustedes, los que pertenecen a Cristo Jesús. (1 Tesalonicenses 5:8)
Mirando hacia arriba… Gracias, Señor: por Tu soberano control sobre nuestras circunstancias, por Tu gentil compasión en nuestros dolores, por Tu fidelidad constante a través de nuestros altos y bajos, por Tu gracia que quita nuestra culpa, por Tu amor que nos sostiene cerca. Gracias, Señor, por todo lo que eres, todo lo que haces, todo lo que dices. Si no pudiéramos mirar hacia Tu rostro, el Día de Acción de Gracias sería solo otro día.
Mirando alrededor… Gracias, Señor: por nuestros estrechos lazos familiares, tan afirmativos y agradables; por nuestra maravillosa iglesia, con tantos siervos talentosos y amorosos; por nuestra sólida herencia, tan íntegra y sabia; por la alegría de ver a nuestros hijos crecer y aprender; por un trabajo que nos permite ganarnos la vida; por el abrazo de un amigo que realmente se preocupa. Gracias, Señor, por todo lo que provees en tanta variedad e increíble abundancia. Con solo mirar alrededor, nos damos cuenta de lo ricos que somos este Día de Acción de Gracias.
Mirando dentro… Gracias, Señor: por ojos que ven la belleza de Tu creación, por oídos que reciben el mundo de sonidos que nos rodea, por la especial estimulación del gusto y el tacto, por manos para trabajar y piernas para caminar, por un sentido del humor que trajo sanidad y esperanza, ¡por el puro deleite de conocerte y caminar contigo!
El Día de Acción de Gracias es mi favorito. Ahora sabes por qué.