Daniel 1:8
¿Cuándo tomas tus decisiones: antes de la tentación… o durante?
Daniel no esperó a oler los aromas del banquete real ni a ver los manjares servidos en vajilla fina. No esperó a escuchar a otros decir: «No pasa nada, es solo comida». No esperó a ver quién cedía primero. Él ya había decidido.
«Pero Daniel propuso en su corazón no contaminarse con los manjares del rey ni con el vino que él bebía…» (Daniel 1:8a, NBLA).
Esa frase —«propuso en su corazón»— es poderosa. Literalmente significa que puso una muralla en su interior. Levantó una decisión antes de enfrentar la presión. Construyó su integridad sobre un cimiento sólido: la Palabra de Dios que había aprendido desde pequeño. Daniel era fruto de una generación moldeada por las reformas espirituales del rey Josías, y había oído las advertencias de profetas como Jeremías, Habacuc y Sofonías. Él sabía que vivir en tierra pagana no era excusa para vivir como un pagano.
«Yo soy el Señor su Dios. Por tanto, conságrense y sean santos, porque Yo soy santo» (Levítico 11:44, NBLA).
Así pensaba Daniel: «Estoy rodeado de impureza, pero eso no significa que deba mancharme. Estoy lejos del templo, pero no lejos de Dios. El lugar ha cambiado… pero mi propósito no». ¿Y tú? ¿Has puesto tus límites antes de enfrentarte a la tentación? ¿O esperas al momento crítico para decidir? La diferencia entre caer y resistir está en cuándo preparas tu corazón.
Una convicción firme antes de la tentación es tu mejor defensa contra ella.
Adaptado de la guía de estudio, Daniel -El modelo de Dios para el futuro, publicado por Insight for Living. Copyright © 2002 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.