Daniel 2

¿Anhelas algo sólido? ¿Algo eterno?

La oración concluye con una súplica:

«Ayúdame a edificar sobre la Roca. A buscar primero Tu Reino. A vivir para Tu gloria. A rendirme completamente a Ti, mi Rey eterno.»

Esa es la única respuesta adecuada ante el colapso del mundo y de nuestros propios castillos de arena: rendición. Pero una rendición gozosa. No se trata de resignación, sino de redirección. Lo que parecía ser el final de algo era, en realidad, el comienzo de todo.

El Reino de Dios es una montaña que crece, que no será destruida, ni dividida, ni reemplazada. Es el único destino digno de nuestra fe, nuestras fuerzas y nuestros sueños. Ríndete hoy… y comienza a edificar para siempre.

La mejor decisión de tu vida no será conquistar, sino rendirte al Rey que permanece.

Adaptado de la guía de estudio, Daniel: God’s Plan for the Future, publicado por Insight for Living. Copyright © 2002 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.