Daniel 1:17
¿Cómo se ve la santidad en un entorno hostil?
Después de diez días de prueba con legumbres y agua, el aspecto de Daniel y sus tres amigos lucían «más saludables y mejor nutridos que los jóvenes alimentados con la comida asignada por el rey» (Daniel 1:15, NTV). Lo que parecía debilidad resultó en fortaleza. Lo que parecía privación, produjo distinción. El punto no es un menú, sino un Señor. La obediencia —aun en decisiones pequeñas— abre espacio para que Dios muestre Su cuidado.
Dios bendice la obediencia, incluso cuando parece pequeña. La santidad bíblica no es legalismo ni arrogancia. Es belleza vivida: acciones concretas que reflejan el carácter del Dios que habita en nosotros. Pedro anima: que «mantengan entre los gentiles una conducta irreprochable… [para que,] por razón de las buenas obras de ustedes… glorifiquen a Dios» (1 Pedro 2:12, NBVLA). Jesús dijo: «Así brille la luz de ustedes delante de los hombres, para que vean sus buenas acciones y glorifiquen a su Padre que estea en los cielos» (Mateo 5:16, NBLA). Cuando eliges hacer lo correcto por amor, tu vida se vuelve señal, no espectáculo.
En un mundo saturado de excesos, la diferencia luminosa no es el gesto grandioso, sino la constancia sencilla: hábitos santos, palabras limpias, relaciones íntegras, trabajo bien hecho. Dios toma esas pequeñas fidelidades y las convierte en testimonio visible.
La santidad no solo te distingue; revela la belleza del Dios que habita en ti.28
Adaptado de la guía de estudio, Daniel: God’s Plan for the Future, publicado por Insight for Living. Copyright © 2002 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.

