Daniel 3:25
¿Dónde está Dios cuando el fuego de la prueba amenaza con consumirte completamente?
Lo que Nabucodonosor vio en el horno desafía toda explicación natural. Esperando contemplar cenizas, se asomó y quedó atónito: «¡Miren! Veo a cuatro hombres sueltos que se pasean en medio del fuego sin sufrir daño alguno, y el aspecto del cuarto es semejante al de un hijo de los dioses» (Daniel 3:25, NBLA).
El fuego todopoderoso que había matado a los soldados más fuertes del imperio se convirtió en un lugar de libertad para los condenados. Las llamas que debían consumir carne y hueso solo derritieron las cuerdas que los aprisionaban. Y en el lugar donde la muerte debía reinar suprema, apareció una presencia divina gloriosa.
Este es el patrón eterno del Reino de Dios: cuando Su pueblo enfrenta el fuego por causa de la justicia, Él no siempre los libra DEL fuego, pero siempre los acompaña EN el fuego. Su presencia transforma el lugar de sufrimiento en santuario de encuentro.
Siglos después, Jesús prometería: «He aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo» (Mateo 28:20). Pablo testificaría: «En todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó» (Romanos 8:37).
El cuarto hombre en el fuego no era solo una aparición momentánea; era una revelación eterna de la naturaleza de Dios: Él camina con Sus hijos en sus pruebas más ardientes.
En tus pruebas más intensas, descubrirás la verdad más consoladora: no estás solo, el Hijo de Dios camina contigo.
Adaptado de la guía de estudio, Daniel: God’s Plan for the Future, publicado por Insight for Living. Copyright © 2002 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.

