Daniel 4:19

¿Amas lo bastante a alguien como para decirle la verdad que no quiere oír?

Cuando Nabucodonosor termina de contar su sueño, Daniel se queda en shock. El texto dice que quedó «atónito por una hora» y que sus pensamientos lo turbaban (cf. Daniel 4:19). Él entiende de inmediato: el árbol talado es el rey, y viene un tiempo oscuro de humillación.

Podría haber suavizado el mensaje para protegerse. Podría haber callado para no perder su posición. Pero ama lo suficiente como para hablar con verdad y con ternura. Empieza diciendo: «¡Señor mío, que el sueño sea para tus enemigos!» (cf. Daniel 4:19, NBLA). Y luego, con claridad, explica que el rey será apartado de los hombres, vivirá como animal y perderá su reino hasta reconocer la soberanía de Dios (cf. Daniel 4:24–25).

Finalmente, ofrece un llamado pastoral: «Por tanto, oh rey, acepta mi consejo: rompe con tus pecados practicando la justicia y con tus iniquidades mostrando misericordia a los pobres; tal vez se prolongue tu prosperidad» (cf. Daniel 4:27, NBLA). No solo interpreta; apela al arrepentimiento.

En un mundo de «likes» y aprobación superficial, necesitamos amigos como Daniel: personas que arriesgan la relación para rescatarnos del precipicio. Y, a la vez, Dios nos llama a ser ese tipo de voz para otros.

Tal vez hoy sabes algo que alguien cercano necesita oír. No se trata de descargar juicios, sino de hablar con lágrimas en los ojos y esperanza en los labios.

La verdadera amistad no protege tu imagen; protege tu alma, aun cuando tenga que decirte la verdad que no quieres escuchar.

Adaptado de la guía de estudio, Daniel: God’s Plan for the Future, publicado por Insight for Living. Copyright © 2002 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.