Daniel 4:13–17

¿Qué tan en serio tomas las advertencias de Dios antes de que llegue la disciplina?

En el sueño, un «vigilante, un santo» desciende del cielo y grita: «Derriben el árbol, córtenle las ramas, quítenle el follaje y dispersen su fruto» (cf. Daniel 4:13–14, NBLA). Solo quedaría el tocón, sujeto con hierro y bronce, expuesto al rocío y conviviendo con las bestias.

La imagen se vuelve aún más clara cuando el pronombre cambia de «ello» a «él»: el tronco se vuelve «un hombre» que vivirá como animal por un periodo completo, hasta reconocer que «el Altísimo tiene dominio sobre el reino de los hombres» (cf. Daniel 4:15–17). Dios está diciendo, con una parábola viviente: «Voy a cortar todo lo que te hace sentir invencible, hasta que admitas que no eres dios».

Lo impresionante es que esta sentencia viene antes del juicio. Es una advertencia amorosa. Dios habla, avisa, confronta, repite el mensaje. No descarga Su disciplina sin avisar; deja claro el porqué y el para qué.

En nuestra vida, esas voces pueden ser un sermón, un amigo, un texto bíblico que se repite, una incomodidad interna que no se apaga. Es el «vigilante» de Dios gritando: «¡Corta esto antes de que Yo tenga que cortarlo por ti!».

Ignorar esas advertencias es jugar con el hacha cerca del tronco.

Las advertencias de Dios son actos de misericordia; si no escuchas Su voz cuando te llama, la escucharás cuando diga: «¡Corten el árbol!».

Adaptado de la guía de estudio, Daniel: God’s Plan for the Future, publicado por Insight for Living. Copyright © 2002 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.