La semana pasada, empezamos a darle un vistazo a las cinco “coronas” eternas reservadas para los siervos de Dios. Después de enlistar las tres primeras coronas una vez más, añadiré las dos coronas finales con una breve explicación de ellas.

1. La Corona Incorruptible (1 Corintios 9:24-27)
2. La Corona de Gozo (Filipenses 4:1; 1 Tesalonicenses 2:19-20)
3. La Corona de Justicia (2 Timoteo 4:7-8)

4. La Corona de Vida (Santiago 1:12)

Esta maravillosa corona, la obtendrán aquellos santos que sufrieron noblemente durante su vida terrenal. El significado de esta corona no solamente se relaciona con las palabras perseverando ante la prueba, sino también con las palabras aquellos que lo aman. Esta corona no es prometida únicamente a los que sobreviven el sufrimiento y las pruebas…sino a aquellos que sobreviven las pruebas, amando al Salvador a pesar de la angustia y el dolor. Por eso, el amar al Señor y tener el deseo de glorificarle en y a través de las pruebas, se convierte en el doble motivo de perseverancia del creyente. Aquellos santos que califican (y, ¡el Señor es el Juez!), recibirán la corona de vida.

5. La Corona de Gloria (1 Pedro 5:1-4)

Este galardón es prometido a aquellos que fielmente “pastorean el rebaño” siguiendo los requisitos que se encuentran en los versículos 2 y 3. Aquellos fieles sub-pastores que cumplen con los requisitos (disponibilidad, dedicación sacrificial, humildad, una vida ejemplar) recibirán la corona de gloria.

Y, ¿qué sucederá después de haber recibido las coronas?, ¿Ahí terminará todo? Veamos lo que dice Apocalipsis 4:9-11 al respecto:

Cada vez que estos seres vivientes daban gloria, honra y acción de gracias al que estaba sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos, los veinticuatro ancianos se postraban ante Él y adoraban al que vive por los siglos de los siglos. Y rendían sus coronas delante del trono exclamando: «Digno eres, Señor y Dios nuestro, de recibir la gloria, la honra y el poder, porque Tú creaste todas las cosas; por tu voluntad existen y fueron creadas.»

¡Qué escena tan impactante! Todos los siervos de Dios se encuentran ante Su trono. Y, ¿qué es lo que hacen?

¿Pavonean por todo el cielo presumiendo sus coronas? No.

¿Se separan el uno del otro como pavos reales, orgullosos de sus trofeos tangibles? No.

Los siervos se encuentran postrados en adoración, después de haber tirado sus coranas al Señor en alabanza y adoración, dando honra y honor a el Único que merece adoración –el Señor Dios. ¡Qué hermosa escena será esta!

-Chuck