Al leer el Salmo 5, veo que David está de capa caída. . .simplemente desalentado. Cuales quiera que hayan sido sus presiones, lo incitaron a componer un antiguo himno. A menos que me equivoque, lo compuso en un tono menor.

Dudo seriamente que haya un tema más oportuno que el del desánimo. ¡Especialmente para aquellos de nosotros en el ministerio! Encuentro a tantos pastores que están tocando sus vidas enteras en notas menores. Con la desmotivación atormentándonos después de no haber podido alcanzar una meta o de tener una relación rota. Algunos están desalentados debido a sus matrimonios, los cuales empezaron con mucha promesa pero ahora parecen débiles, y hasta casi sin esperanza. Los problemas de salud constantes pueden desalentar y hasta desmoralizar a sus víctimas, especialmente cuando el dolor no parece desvanecerse. ¿Y quién se puede identificar con esos ministros que dieron lo mejor de sí mismos y aun así fueron derribados por algunos críticos autodesignados? La desmotivación causada por una crítica continua no puede ser exagerada. Probablemente el Salmo 5 nació cuando David se estaba levantando de otro comentario noqueador.

Muchos servidores desalentados de Dios se han identificado con esta canción a través de los siglos. Con frecuencia, las palabras que están arriba del primer verso (en la inscripción) exponen el fondo histórico de la canción.

Observe esto—justo encima del primer versículo 1 en la Versión Reina Valera de la Biblia, verá que David deseaba que esta canción fuera tocada "sobre Nehilot". Un nehilot era un antiguo instrumento de viento, hecho de madera, algo como la flauta o el oboe de hoy en día. Un oboe es un instrumento de doble lengüeta que da un gemido triste, al ser interpretado. Frecuentemente su tono penetrante causa que sea utilizado para interpretar solos.

David se negó a deambular cabizbajo, llevando su pesada carga a través del día. Al contrario, él llevó sus necesidades al Señor cada mañana. Cuando pensamos en "hacer una orden", recordemos algo esencial: Tenemos que ser específicos. ¿Es usted específico cuándo hace su orden cada mañana? Si hay una cosa que plaga nuestras reuniones de oraciones y peticiones personales es la imprecisión. El profesor del Seminario Teológico de Dallas, Howie Hendricks, llama a esto "el cieno baboso de lo indefinido". ¿Podrá ser que nuestras generalidades evitan que presenciemos resultados directos y respuestas específicas?

Después de que David hacía su orden específica cada mañana, él anticipaba respuestas. Esperaba que Dios "llenara su orden," anhelando esto ansiosamente a través del día. Cuando nuestra vista es débil por la mañana, cuando la desmotivación se nos mete y nos derrumba, un buen remedio es el de concentrar nuestra atención en Dios.

¡Qué diferencia hace eso en nuestro día!

—Chuck