El matrimonio es una de las herramientas más grandes de Dios para el ministerio. Por ejemplo, considere el impacto del matrimonio de Priscilla y Aquila. En algún lugar en las calles de Corinto, ellos se tropezaron con un hombre.

Pablo, estaba

  • fatigado
  • sin hogar
  • solo
  • recién llegado de un viaje desmoralizador por Atenas
  • necesitado de un lugar para quedarse

Limpiaron un cuarto. No para que se quedara por una noche, o por una semana, sino para que se quedara hasta que a Pablo se le llamara a ir a algún otro lugar.

Entonces un nuevo joven evangelista con mucho futuro llegó al pueblo. Después de su elocuente sermón, Priscilla y Aquila lo invitaron para cenar.

Hechos 18:24–25 dice que Apolo era talentoso y apasionado. Y aunque era fiel a su enseñanza, estaba incompleto en su teología. Esta pareja corrigió su doctrina sin quitar su pasión.

Priscilla y Aquila simplemente abrieron un cuarto para Pablo y un asiento en la mesa para Apolo. A través de su hospitalidad e instrucción, ellos impactaron a dos de los líderes de la primera iglesia.

¿Qué hay de nosotros? ¿Podríamos impactar a alguien que pueda impactar al mundo?

El tiempo que usamos para construir nuestro matrimonio es esencial. Pero hagamos un poco más de esfuerzo. Construyamos un propósito dentro de nuestros matrimonios—el del ministerio.

¿Es arriesgado? Sí. ¿Es incómodo? A veces. ¿Es gratificante? Absolutamente. No hay nada mejor. ¿Entonces qué se tiene que hacer?

Seré realmente franco aquí. Encuentre a un individuo necesitado. Solo mire a su alrededor.

¿Que tal un padre soltero que apenas está logrando vivir día a día?

¿Que tal una madre soltera?

¿Que tal un amigo que está emocionalmente herido?

Ahora, puede que desordenen un poco su vida. Puede que ensucien su casa, pero tendrá la dicha de transformar sus vidas.

Si usted no es cuidadoso, esto podría revolucionar su matrimonio y reforzar la misma base de su familia .

-Chuck