No nos atrevamos a perdernos una dimensión importante de la
perseverancia. Es lo que lo mantiene a uno avanzando. Yo lo llamo un
sueño.

No me refiero a aquellos eventos que experimentamos por la noche cuando estamos durmiendo. No, por sueño quiero decir una idea dada por Dios, un plan, agenda, un objetivo que conduce a resultados que honran a Dios.

La mayoría de pastores que conozco no sueñan lo suficiente. Si
alguien le preguntara: “¿Cuáles son sus sueños para este año? ¿Cuáles
son sus esperanzas . . . su agenda? ¿En cuánto a qué está confiando en
Dios?”, ¿Podría dar usted una respuesta específica? No tengo en mente
simplemente objetivos o metas para el ministerio, aunque todo eso está
muy bien; sino, ¿Qué tal de ese tipo de sueños que resultan en el
desarrollo del carácter, el tipo que cultiva la rectitud de Dios y el
gobierno de Dios en su vida?

Estas son unas pocas ideas en cuanto a sueños. Los sueños son
específicos, no generales. Los sueños son personales, no públicos. Dios
no le da a nadie más mis sueños en algún blog o página web. Él me los da
a mí; personalmente. Son imágenes e ideas íntimas. De hecho, los sueños
pueden fácilmente parecerles a otros como extremos e ilógicos. Si usted
le cuenta a otros sus sueños, a lo mejor se ríen porque no pueden
hallarles ningún sentido lógico (piense en Noé, o José, por ejemplo). A
menudo los sueños van acompañados de un fuerte deseo de hacerlos
realidad; y casi siempre están fuera del ámbito de lo que se espera.

¡A veces los sueños son completamente aturdidores! Hacen que la gente
respire hondo, y que se queden contemplándolo a uno con la boca
abierta. Una respuesta común cuando uno cuenta un sueño es: “¡Debes
estar bromeando! ¿Hablas en serio?

Los sueños son la pasta de la que están hechos los líderes. Si usted
no tiene un sueño, su liderazgo está seriamente limitado. Para complicar
las cosas incluso más, los que se niegan a soñar lo imposible siempre
son la mayoría. Los que escogen vivir por la vista siempre superan en
número a los que viven por fe.

Así que una vez que usted ha decidido vivir de manera diferente,
permita que Dios sea su guía y persevere. Siga sus sueños con
determinación.

—Chuck