Proverbios 30

Las grandes civilizaciones con frecuencia logran cosas impresionantes porque tienen un gran líder que les presenta una visión, dirige sus recursos y organiza a sus miembros inspirándolos a actuar, en tanto que él va adelante.

Las personas por lo general hacen un mejor trabajo cuando tienen a un líder, cuando alguien les ayuda a lograr lo que pueden hacer mediante un esfuerzo coordinado. Pero, ¿qué hacer si no hay líder?

La langosta. El sabio hebreo Agur escribió solo dos renglones acerca de la langosta, pero dentro de esas pequeñas frases ilustró un fenómeno que todo ciudadano de Israel había visto de manera personal. Agur se refirió a la langosta, un insecto muy similar al saltamontes, pero su diferencia principal es que viaja en enjambres.

Para los granjeros, una plaga de langostas era una de las cosas más temidas. Esos insectos llegan en grandes cantidades y comienzan a comerse todos los cultivos que encuentran a su paso. Cada langosta adulta puede comer su propio peso en alimento. Multiplica eso por cientos de miles de ellas. En el Antiguo Testamento, se mencionan como una gran peste. El sonido que generan los enjambres es muy similar al de un avión comercial volando bajo.

De acuerdo con el sabio, sin embargo esas criaturas no tienen líder, no tienen un proyecto, no se organizan, no coordinan ni ejecutan un plan de acción. Sin embargo vuelan como un equipo alineado y destruyen grandes cantidades de cultivo con eficacia aterradora. La palabra que se traduce como «cuadrillas» en el texto ilustra a los arqueros que mantenían un espacio determinado entre ellos. De esa forma el escritor utiliza esta imagen para enfatizar la presencia de cooperación dentro del enjambre.

El secreto del éxito de la langosta es la cooperación. Van juntas sin molestarse entre sí, volando en formación, al punto de convertirse en una fuerza imparable. La langosta ilustra su principio que los sabios no deben ignorar: lo que no podemos lograr por nosotros mismos, lo podemos hacer juntos.

Reflexión: ¿Anteriormente consideró los desafíos que enfrenta? Analícelos nuevamente y considere de qué forma puede unirse con otras personas para resolver problemas juntos. Por ejemplo, las madres solteras que necesitan cuidado para sus hijos pueden unirse para compartir el costo de contratar a alguien o acomodar un horario donde cada una de ellas pueda cuidar a los hijos de los demás. Busque personas que tengan desafíos similares al de usted, converse con ellas y piensen en ideas creativas que ayuden a todos a vencer esos desafíos.

Adaptado del libro, Viviendo los Proverbios (Editorial Mundo Hispano, 2014). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmundohispano.org). Copyright © 2018 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.