Génesis 22:1, 2

Este mandato de Dios promueve una pregunta: ¿Por qué un Dios bueno y amoroso le pide a un hombre fiel y obediente que haga esto? La respuesta se encuentra en la lengua original de Moisés, el inspirado autor humano de Génesis. La palabra hebrea nash, traducida como «probo» en Génesis 22:2, tiene la idea de probar la calidad de algo, por lo general a través de una prueba de algún tipo. Dios quería probar la legitimidad, la autenticidad de la fe de Abraham.

Recordemos, sin embargo, que Dios es omnisciente. Él sabe todas las cosas, incluso el futuro. Dios conocía el corazón de Abraham mucho mejor que Abraham mismo. Por eso, el propósito de la prueba no era satisfacer su curiosidad, no era un experimento. El pedazo de tierra elegido en la cima de una apartada montaña en la región de Moriah iba a ser el lugar de la prueba de Abraham. Este sería el momento y el lugar donde sería puesta a prueba cualquier cuestión sobre su vacilante fe, tan evidente por sus mentiras (mintió dos veces) para salvar su pellejo, y su patético intento por lograr el cumplimiento del pacto a través de la criada de su esposa. Su familia vería su fe, sus amigos lo más importante de dodo, la vería Isaac. Si alguna vez Abraham iba a mostrar su fe, este sería el día.

Pero la cuestión era: ¿Amaba Abraham el regalo de Dios o amaba a Dios?

Permítame dejar por un momento a Abraham, y pasar rápidamente al siglo XXI. Esta tiene que ser una de las preguntas más difíciles que cualquier padre tiene que considerar: ¿Adoro los regalos que Dios me da, más de lo que adoro al Dador? ¿He comenzado a adorar las relaciones que Dios me ha dado, en vez de adorar a aquel que me ha dado estas satisfacciones?

No se apresure a responderla.

La palabra «adorar», viene de un vocablo inglés que significa «de valor» (worship). Cuando nosotros adoramos algo, estamos dando testimonio del valor que eso tiene para nosotros. Y lo hacemos con nuestras acciones y también con nuestros corazones. Un padre debe preguntarse: ¿Le asigno más valor a mi hijo que a Dios? Para responder esa pregunta, observe a qué cosas se dedica usted más, y cuente después los resultados. Sea honesto en esto. ¿A quién o quiénes se dedica usted más o con mayor empeño y dedicación?

Adaptado del libro, Buenos Días con Buenos Amigos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2007). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmh.org). Copyright © 2019 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.