2 Corintios 3:18

Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta
como un espejo la gloria del Señor, somos
transformados de gloria en gloria en la misma imagen.
2 Corintios 3:18

A un escultor le preguntaron cómo podría tallar una cabeza de un león en un enorme bloque de mármol. «Simplemente quito con el cincel todo lo que no pertenece a la cabeza de león», fue la respuesta. Dios trabaja en nuestro ser y nos quita todo lo que no se parece a Cristo: la impaciencia, el mal genio, el orgullo, los impulsos emocionales que nos alejan de nuestro Padre celestial. Dios está moldeándonos a Su imagen. Es un plan predeterminado; y Él está decidido a lograrlo. Nada que podamos hacer lo disuadirá de ese plan. Él persiste en eso. Es implacable; y nunca se le agotan las ideas creativas.

Es por lo que Él envía a una persona al campo misionero en China, y a otro a un edificio bancario en el centro de Seattle. Eso es parte de Su plan soberano para moldear a los individuos a imagen de Cristo.

Adaptado del libro, Sabiduría Para el Camino: Palabras Sabias para Personas Ocupadas (Grupo Nelson 2008). Copyright © 2008 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.