2 Corintios 1:3

Bendito sea el Dios y padre de
nuestro Señor Jesucristo, Padre de
misericordias y Dios de toda consolación.
2 Corintios 1:3

En nuestro mundo de charla superficial y relaciones personales casuales, es fácil olvidar que una sonrisa no necesariamente quiere decir «estoy feliz» y que la respuesta de cortesía «estoy bien» tal vez no sea del todo verdad . . .

No estoy sugiriendo que toda persona es una bomba emocional de tiempo, o que todos los que parecen estar disfrutando de la vida lleven máscaras. Pero he vivido lo suficiente para saber que más de un corazón esconde la agonía mientras la cara refleja éxtasis.

Hay alguien, sin embargo, que sabe plenamente lo que se agazapa en nuestros corazones. Y sabiéndolo, nunca se ríe burlonamente ni se esfuma. Él nunca se encoge de hombros ni se aleja. Más bien, Él entiende por completo, y se queda cerca . . .

Él es el «Padre de misericordias y Dios de toda consolación».

Adaptado del libro, Sabiduría Para el Camino: Palabras Sabias para Personas Ocupadas (Grupo Nelson 2008). Copyright © 2008 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.